FUENTE: El Levante
Las armaduras que protegen al maligno cáncer de piel se resquebrajan en el laboratorio del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de Madrid liderado por la joven y combativa gallega Marisol Soengas, quien ha declarado la guerra total al melanoma, un tumor camaleónico y con tantas alteraciones genéticas que era hasta no hace mucho inmune a cualquier tratamiento clínico. A fuerza de tesón, la científica, nacida en 1968 en un pequeño pueblo pontevedrés, Aldea do Monte, de tan solo 30 habitantes y que apenas sí aparece en los mapas, ha logrado engañar a las células tumorales para llevarlas a la autoinmolación mientras trabaja sin desmayo en desactivar los escudos de protección de este cáncer contra la quimioterapia y la radioterapia. Toda una hazaña científica para esta luchadora con causa y bata blanca, la única de su familia que estudió una carrera, que ahora afronta un nuevo reto con tres metas: entender el efecto de latencia de las células tumorales, buscar tratamientos efectivos contra el melanoma y revalorizar el papel investigador de las mujeres. Soengas, directora de un equipo internacional de científicas que acaba de recibir 900.000 euros para la investigación aportados por L'Oréal París y la Alianza Americana para la Investigación del Melanoma, huye de la adulación y desciende al pueblo llano con charlas divulgativas en colegios, y participa entusiasta en los encuentros organizados por el colectivo Ciencia con chocolate, punto de encuentro de los amantes de la ciencia en la Red, para dar dos consejos nítidos: hay que hacer un seguimiento de nuestros lunares y proteger del sol, sobre todo, a los más pequeños porque las mutaciones celulares causadas por el astro rey se fijan en la infancia.
-Profesora Soengas, ¿qué es un melanoma?
-Es un tumor que se deriva de unas células que se llaman melanocitos y producen melanina. Pero no hay un único tipo de melanoma. La mayor parte de los melanocitos están en la piel y por eso la mayor parte de los melanomas son cutáneos, pero también tenemos melanocitos en los ojos y en las mucosas.
-¿Qué es exactamente lo que usted combate?
-A nosotros nos interesa saber cómo se inician esos tumores, cómo progresan y queremos descubrir cómo frenar esos melanomas cutáneos que son tan agresivos y los que aparecen en otras partes del organismo.
-¿Cómo se producen los melanomas?
-Estas células se activan y se empiezan a dividir. La activación de los melanocitos la padecemos todos y eso son los lunares.
-¿Son entonces tumores los lunares?
-No, porque en los lunares hablamos de una división de los melanocitos que en un momento dado se para gracias a unos mecanismos muy potentes de supresión. Todos tenemos grupos de células mutadas en la piel que son esos lunares y que en la mayoría de los casos son benignos.
-¿Cuándo dejan de ser benignos?
-Cuando esos mecanismos de supresión no funcionan y los melanocitos continúan dividiéndose y empiezan a diseminarse. El melanoma es el único tumor con una capacidad de diseminación por el organismo en fases muy tempranas.
-¿Qué otras peculiaridades tiene el melanoma?
-Es un cáncer muy agresivo. Los melanocitos se comportan como un coche de carreras que recorre todo el organismo y un tumor de este tipo de tan solo dos milímetros de grosor puede producir ya metástasis. Por eso es importante hacer un seguimiento de los lunares que tenemos. Otra peculiaridad es que se trata del tumor que tiene mayor número de mutaciones y alteraciones genéticas descrito hasta el momento, lo que le hace muy resistente a las terapias convencionales.
-¿Con qué tipo de terapias hay entonces que combatirlo?
-Además de las mutaciones, los melanomas acumulan una especie de escudos de protección contra la quimioterapia, la radioterapia y la inmunoterapia. Lo que hemos conseguido es desactivar esos escudos de protección.
-¿Influye la exposición al sol en la activación descontrolada de los melanocitos?
-Sí, pero no olvidemos que hay melanomas que aparecen en zonas que no están expuestas al sol. Lo que sí está demostrado es que exponerse al sol en exceso aumenta las posibilidades de padecer un cáncer de piel y hay que ser especialmente cuidadosos con los niños porque es durante la infancia cuando se fijan las mutaciones celulares.
-¿Cómo habría que exponerse al sol?
-Lo que está claro es que no hay que esconderse del sol, pero hay que tomarlo con precaución y conociendo el tipo de piel que uno tiene. Tenemos que evitar las horas en las que el sol es más fuerte, ponernos protección solar y usar siempre gafas y gorras.
-¿En qué fase están sus estudios para conocer los mecanismos moleculares de este tumor?
-Estamos en una fase muy ilusionante. Queremos ver las diferencias entre lunares y melanomas y tener muy claro qué hace diferente al melanoma de otros tumores. Estamos descubriendo los sellos de identidad de este tumor y hemos pasado de estudiar las células tumorales individuales a tratar todo el entorno, es decir, a investigar cómo se comunican las células para invadir su entorno. Ahora somos capaces de visualizar todo el proceso de metástasis desde las fases más tempranas y probar con ello nuevos fármacos.
-¿Existen ya fármacos para frenar este tipo de cáncer?
-Sí, hay fármacos y anticuerpos que desactivan esos escudos de protección contra las terapias. La ciencia ha mejorado la calidad de vida de los pacientes hasta el punto de que hace 15 años, sólo el 10% de los enfermos de melanoma respondía a los tratamientos. Hoy en día, la respuesta clínica logra el éxito hasta con el 70% de los pacientes. Hemos conseguido atacar mutaciones específicas de las células tumorales y hemos logrado que el propio sistema inmune reconozca y ataque a esas células tumorales.
-¿Qué solución ofrece a los pacientes que no responden a esas terapias?
-Tenemos nuestros propios compuestos que atacan a las células tumorales, activan el sistema inmune y bloquean las rutas de dispersión del tumor. Estos compuestos los estamos probando en el laboratorio para su posterior desarrollo y ensayo en humanos.
-¿Cómo influye la vinculación del melanoma en unas 85.000 mutaciones genéticas?
-El melanoma es una especie de coche de carreras tremendamente blindado y con muchos pilotos que se adaptan a cualquier tipo de condiciones del entorno.
-¿A qué conclusiones han llegado los equipos del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, del Hospital 12 de Octubre de Madrid y del Centro Memorial Soloan Ketting Cancer Center de Nueva York para conocer las vías que enriquecen al melanoma y que lo hacen tan agresivo?
-Sabemos que el cáncer es agresivo, pero en algunos pacientes las metástasis se desarrollan en un año y en otros pueden tardar décadas. No hay ningún marcador que pueda predecir ese comportamiento. Ahora queremos entender cómo se inician esas metástasis y por qué en unos casos su progresión es lenta y en otros es tan agresiva. Lo que queremos es atacar a esas células latentes que un día se pueden reactivar y derivar en un melanoma. Hemos identificado ya proteínas que las células de melanoma segregan al exterior y también proteínas que el entorno aporta a las células tumorales para favorecer su supervivencia.
-¿En qué consiste la autofagia celular?
-Es un proceso que ocurre en todas las células del organismo porque todas tienen capacidad de autolimpieza. En el contexto de terapia, la autofagia significa no solo limpiar las células sino también vaciarlas de componentes dañinos. Llegamos a inducir la autodestrucción de las células tumorales pero evitando que se produzcan efectos secundarios y atrayendo al sistema inmune para que las elimine de la circulación y por tanto del organismo.
-¿Qué papel juega el gen denominado RAB7 en el melanoma?
-Es una proteína que está particularmente activa en el melanoma. RAB7 es parte de la seña de identidad del melanoma. Es una proteína que controla la entrada y salida de compuestos que son importantes para la célula tumoral.
-¿Cómo se alimentan las células cancerígenas del melanoma?
-Las células incorporan nutrientes del exterior, del torrente sanguíneo y producen sus propios compuestos. En la alimentación de las células tumorales hay siempre un componente externo y otro interno y no hay que olvidar que son muy eficientes a la hora de adaptarse al entorno para sobrevivir.
-¿En qué se diferencian de las células normales?
-Hay dos diferencias fundamentales: las células de melanoma están dividiéndose continuamente hasta el punto de hacerlas casi inmortales y tienen una capacidad de diseminación impresionante. Además, es admirable ver cómo aprovechan siempre el medio en su beneficio.
-¿Qué puede aportar el compuesto BO-110 desarrollado por ustedes en el CNIO?
-Es un mecanismo de acción que ataca a la célula tumoral, bloquea las rutas de diseminación y activa el sistema inmune. Pero además es un ataque preferente a la célula tumoral para reducir los daños colaterales de ese ataque y esperamos que la respuesta con este compuesto sea duradera. El BO-110 es además capaz de atacar distintos tipos tumorales, no solo al melanoma.
-¿Cómo se introducen en el paciente los fármacos para combatir las células malas?
-Se pueden inyectar en el torrente sanguíneo, tomar de forma oral o intratumoralmente. Nosotros estamos explorando la posibilidad de una administración por el torrente sanguíneo e intratumoral hasta con nanopartículas que nos permitan llegar directamente al tumor.
-Decía usted antes que tratan de evitar los efectos secundarios con este tratamiento pero supongo que los tejidos próximos a la zona enferma corren riesgos cuando el cáncer es atacado de forma tan agresiva?
-Tener cero toxicidad es muy difícil. Todas las terapias tienen efectos secundarios, pero lo que buscamos es que esos efectos secundarios se puedan paliar o controlar con otros medicamentos.
-¿Qué puertas le abrirán los 900.000 euros que acaba de recibir para el estudio del melanoma?
-Este proyecto busca cuatro objetivos: contribuir a identificar mecanismos de metástasis, entender el efecto de latencia de las células tumorales, buscar tratamientos efectivos contra el melanoma y dar a conocer la investigación que hacemos las mujeres. En esta iniciativa participamos cinco mujeres punteras en el campo del melanoma. Nosotras podemos, porque a pesar de ser una minoría en el ámbito de la ciencia somos un ejemplo de constancia y ahí tenemos a mujeres como Margarita Salas o María Blasco.
-¿Cuál es su meta en este proyecto concreto?
-Vamos a visualizar el melanoma desde fases muy tempranas, a descubrir otros componentes que influyen en la enfermedad, aparte de la célula tumoral, y a definir factores de riesgo para saber si una metástasis va a crecer rápido o no. Esperamos también que se sumen más investigadores al estudio de este cáncer tan agresivo.