FUENTE: Acta Sanitaria
“En verano, debido a las altas temperaturas y a la tendencia a comer de picnic en la playa o de barbacoa fuera de casa, es habitual que se produzca un aumento de casos de toxiinfecciones alimentarias. El incremento se debe principalmente a que durante la época estival se descuidan las pautas de higiene y manipulación básicas de alimentos, y aumenta el tiempo transcurrido entre la preparación de la comida y su ingesta. Estos factores pueden propiciar que las bacterias del suelo, del aire, del agua y de los propios manipuladores de alimentos, aceleren su crecimiento”, explican desde el Colegio.
Por ello, el MICOF recuerda que es esencial seguir una serie de recomendaciones para evitar las enfermedades transmitidas por la contaminación de los alimentos, teniendo en cuenta que el verano es una época crítica en la que se dan muchos brotes de toxiinfecciones como la salmonelosis que, aunque no es la única infección que aparece en esta época, suele ser la más común.
En este sentido, la vocal de Alimentación del Colegio, Lourdes Serrano, señala que para eludir este tipo de trastornos intestinales “hay que tener mucho cuidado al manipular los alimentos en verano para prevenir las temidas toxiinfecciones alimentarias y no hay que fiarse de la apariencia de los alimentos, ya que en ocasiones el buen aspecto no es indicativo del buen estado del mismo”.
Serrano también advierte de “la peligrosidad que existe al consumir alimentos que han estado sin refrigeración por más de 1 o 2 horas cuando la temperatura es cercana a los 37ºC, temperatura de crecimiento óptima para la mayoría de los gérmenes patógenos”.
Para garantizar que los alimentos están exentos de bacterias es necesario seguir una serie de recomendaciones, como asegurarse de que los alimentos sean cocinados con agua apta para el consumo humano y que no hayan estado en contacto con insectos o animales domésticos, así como que se mantenga la cadena del frío. De ahí la importancia de que productos como el pescado, la carne, productos de pastelería, entre otros, se hayan mantenido a temperaturas de refrigeración correctas.
Asimismo, el MICOF recuerda que antes de manipular la comida es conveniente lavarse bien las manos con agua y jabón y utilizar utensilios y trapos de cocina limpios. Respecto a la cocción, es importante cocinar bien los alimentos para ayudar a la destrucción de microorganismos y, una vez cocinados, no deben dejarse a temperatura ambiente ya que esto impulsa la proliferación de los gérmenes.