FUENTE: Las Provincias
El presidente de los podólogos españoles, Jorge García Mostazo (Cáceres, 1967) dice que cuidamos poco los pies y que, en verano, encima, los machacamos. «¡Todo el día con sandalias! o ¡Todo el día con chancletas! No puede ser», protesta. Si este año no quiere andarse con rodeos, esta es su entrevista.
- Mi abuela iba «al callista». ¿Les molesta que les llamen así?
- Somos de donde venimos. Mi padre fue callista y se anunciaba así. No me molesta, es como los sacamuelas de antes... De todos modos, hemos evolucionado y vamos hacia una nueva denominación.
- ¿Cómo van a ser ustedes...?
- Estamos trabajando para que se nos conozca como podiatras. Es la terminología anglosajona.
- ¿Qué tal cuidamos los pies?
- Los descuidamos bastante. Es una cuestión de identidad sanitaria. Los dentistas lograron concienciar a la sociedad de la necesidad de vigilar la salud dental. Cuidar los pies es algo que, admito, no solo depende de la educación. También influye el factor económico.
- Ya. Pero, ¿qué deberíamos hacer que no hacemos?
- Además de dejar que lo valore un profesional, deberíamos mirarnos más los pies. Con darnos una crema hidratante al día estaríamos cuidándonos y podríamos detectar a tiempo lo que fuera.
- ¿Las chancletas son para el verano?
- Abusar del calzado tipo chanclas está demostrado que es un perjuicio para la salud del pie. En la marcha, cuando se levanta del suelo, la musculatura se contrae para dar el paso; y se tiende a intentar atrapar la chancleta para que no salga disparada. El pie toca así el suelo rígido, en contracción. No amortigua bien. La chancla no es buena.
- ¡Vaya! ¿Es inevitable irse de piscinas y volver con un papiloma o con algún hongo?
- Es un riesgo. Por eso recomendamos que se vaya calzado a estos sitios. ¡No dentro de la piscina, claro, que están suficientemente tratadas! Pero alrededor de ellas se generan pequeños acúmulos de agua que, por efecto del sol, pueden generar multitud de organismos.
- Escuché a un podólogo en una ocasión que las sandalias hay que llevarlas con calcetines.
- No vivimos en la antigüedad, en que el pie había de acomodarse a las irregularidades del suelo y se caminaba descalzo. El pie vestido suda menos, porque el calcetín de algodón o hilo absorbe la sudoración y lo mantiene con mayor tersura que si está desnudo. Lo que pasa es que los españoles somos latinos y en nosotros pesa más la cultura de la imagen y la estética que la de la funcionalidad.
- Es decir, que con calcetines...
- Eso en España es totalmente ridículo, pero el pie va mejor con un calcetín de hilo o algodón que desnudo. No cabe duda.
- Tengo un amigo que siempre lleva un número más de calzado.
- Y yo un compañero, ilustre podólogo, Evaristo Rodríguez, que se lo recomendaba a sus pacientes. Ahí hay un problema. El pie ha de ir sujeto. Si por una talla más de longitud lo llevas suelto, irás cargando la musculatura. En EE UU controlan tanto el largo como el ancho de las tallas. En Europa, no.
- ¿Qué es mejor para el pie, la arena de la playa o el suelo firme de la montaña?
- Depende. La arena blandita puede ser muy buena para el pie, pero te machaca las rodillas. Es muy sano caminar por la orilla por el masaje circulatorio que se produce. Los vasos cutáneos se contraen y favorecemos el sistema venoso. La planta del pie es como un segundo corazón. La montaña depende de la edad. Quizás para mi madre de 80 años no resulte demasiado sana.
- ¿Agua con sal para aliviarlos?
- Sí, pero sin abusar. Es mejor agua jabonosa o con un poco de 'Betadine'. El agua con sal deshincha el pie, pero reseca la piel y las uñas.
- Por cierto, a los chavales no hay quien les quite las zapatillas...
- Las zapatillas hoy son tan buenas que sobreprotegen. El problema es que cuando esos chavales tengan que empezar a usar zapatos, no van a aguantarlos.