FUENTE: La Vanguardia
El fármaco experimental aducanumab reduce los niveles de proteína amiloide tóxica en el cerebro de personas que tienen alzheimer pero aún no han desarrollado síntomas de demencia. Esta reducción de proteína amiloide se acompaña de un menor declive cognitivo. En las dosis más altas estudiadas, los síntomas incluso se estabilizan en lugar de seguir progresando.
Son resultados del estudio Prime, en el que han participado 165 pacientes de Estados Unidos con una media de edad de 72 años. Si los resultados se confirman en dos estudios más amplios que ya están en curso, y en los que participan 24 hospitales españoles, abrirán la vía a tratar el alzheimer en fases iniciales para evitar que degenere hacia la demencia. El plazo para completar estos estudios y aprobar la comercialización del aducanumab, o de otros fármacos que se están desarrollando contra la proteína amiloide, se estima entre seis y diez años.
“Es la mejor noticia que hemos tenido en los 25 años que llevo haciendo investigación sobre la enfermedad de Alzheimer”, declaró el martes en rueda de prensa telefónica Stephen Salloway, neurólogo del hospital Butler de Providence (EE.UU.) y coautor del estudio.
Los investigadores advierten que la eficacia del aducanumab aún no está demostrada. “Este era un estudio pequeño diseñado para evaluar la seguridad [del fármaco] y para detectar un efecto farmacológico sobre los niveles de beta-amiloide en el cerebro. El ensayo no tenía potencia para detectar resultados clínicos. Por lo tanto, los datos cognitivos deben interpretarse con cautela”, escriben en la revista científica Nature, donde esta semana presentan sus resultados.
“El próximo paso es realizar los ensayos clínicos de fase 3, en los que participarán 2.700 pacientes, para confirmar los beneficios cognitivos y encontrar la dosis óptima para este fármaco”, informó en la rueda de prensa Alfred Sandrock, director médico de la compañía Biogen de Massachusetts (EE.UU.) y coordinador del estudio.
Es un detalle significativo que los resultados se hayan presentado enNature y no en una revista médica, que es donde habitualmente se publican los ensayos clínicos. La razón es que el estudio Prime no sólo es importante por los beneficios potenciales de este fármaco concreto. También lo es porque mejora la comprensión de cómo se origina y cómo progresa el alzheimer, lo que puede favorecer el desarrollo de nuevos tratamientos aún más eficaces en el futuro.
Concretamente, el estudio refuerza la llamada hipótesis amiloide. Según esta hipótesis, hasta ahora controvertida, el alzheimer se desencadena por acumulaciones anómalas de proteína amiloide (o beta-amiloide) en el cerebro.
Se trata de “un proceso lento e insidioso que progresa durante unos veinte años sin causar síntomas”, informa José Luis Molinuevo, director científico de Barcelona Beta, el centro de investigación de la Fundació Pasqual Maragall, y responsable de la Unidad de Alzheimer del hospital Clínic. Con el tiempo, las acumulaciones de amiloide provocan otros daños en el cerebro que merman progresivamente las facultades cognitivas. La demencia, la manifestación más visible del alzheimer, es la fase final de este proceso iniciado décadas antes. “Es una enfermedad de jóvenes que se manifiesta en gente mayor”, declara Molinuevo.
Si la hipótesis amiloide es correcta, un fármaco capaz de prevenir o eliminar las acumulaciones de esta proteína en el cerebro debería ser capaz de frenar la progresión del alzheimer si se administra en fases tempranas del proceso. Es lo que se ha observado ahora por primera vez con el aducanumab.
“Puedo imaginar un futuro en el que se tratará a las personas antes de que tengan síntomas, igual que hoy se hace de manera preventiva con el colesterol antes de que cause una enfermedad cardíaca”, declaró Alfred Sandrock en la rueda de prensa.
El aducanumab se ha desarrollado a partir de un anticuerpo que el propio cuerpo humano produce contra las acumulaciones de proteína amiloide. Según los resultados presentados en Nature, cuando el anticuerpo se administra como fármaco por vía endovenosa, llega hasta el cerebro y ataca de manera selectiva las formas patológicas de proteína amiloide. En cambio, es inocuo para las formas sanas de la proteína.
“Es la primera vez que un fármaco demuestra que es capaz de reducir la amiloide cerebral patológica y además ofrecer una mejora cognitiva”, destaca Alberto Lleó, jefe de la Unidad de Memoria del hospital de Sant Pau, quien advierte que los resultados cognitivos deben interpretarse como preliminares.
El fármaco se ha ensayado a lo largo de un año en pacientes diagnosticados de alzheimer con deterioro cognitivo leve o demencia leve. En todos ellos, se ha confirmado con un escáner cerebral la presencia de placas de amiloide. Los participantes se han dividido en cuatro grupos que han recibido dosis distintas de aducanumab mediante una inyección mensual y un quinto grupo que ha recibido placebo.
Los resultados muestran que, cuanto mayor es la dosis del fármaco, más se reduce la cantidad de beta-amiloide dañina en el cerebro. Este efecto empieza a ser visible en el escáner seis meses después de iniciar el tratamiento y se amplifica en los meses siguientes hasta el punto de que, al terminar el estudio, apenas quedaban placas de amiloide entre los pacientes que recibieron las dosis más altas. “Un efecto de esta magnitud [sobre la amiloide] no tiene precedentes”, declaró en la rueda de prensa Roger Nitsch, investigador de la Universidad de Zurich (Suiza) y coautor del estudio.
Asimismo, cuanto mayor es la dosis del fármaco, más se frena el deterioro cognitivo de los pacientes. Este efecto empieza a manifestarse un año después de iniciarse el tratamiento. “Si estos resultados se confirman, indicaría que el alzheimer se puede tratar cuando ya se ha iniciado la fase de demencia, lo que supondría un avance conceptual relevante”, señala Alberto Lleó.
La compañía Biogen ya ha iniciado dos ensayos clínicos internacionales, llamados Engage y Emerge, para confirmar los efectos del aducanumab. Los ensayos clínicos, en los que participan tanto el hospital Clínic como Sant Pau, están actualmente en fase de reclutamiento de voluntarios de entre 50 y 85 años que deben tener diagnóstico de alzheimer con síntomas leves. Los voluntarios recibirán inyecciones mensuales de aducanumab o placebo a lo largo de un año y medio. La presentación de los resultados finales de ambos estudios está prevista para el 2022.
Biogen ha optado por realizar dos ensayos y no uno solo porque “queremos asegurarnos de que, si el fármaco funciona, será aprobado”, informa Alfred Sandrock, que también es vicepresidente de la compañía. “Hemos tenido reuniones con reguladores de todo el mundo para estar seguros de que el aducanumab estará al alcance de los pacientes si los resultados son positivos”.