FUENTE: El Mediterráneo
Los españoles están expuestos a niveles de mercurio mucho más altos que los del resto de ciudadanos de la UE, debido al mayor consumo de pescado, animales en los que el metal puede acumularse peligrosamente, y a la mayor concentración en las especies que viven en el Mediterráneo. En el caso de mujeres embarazadas y niños, particularmente los más pequeños, ello puede tener repercusiones muy negativas, como han advertido los participantes en el congreso Inches, encuentro internacional sobre salud infantil y medio ambiente que se clausuró el viernes en Barcelona.
“El hecho de que el metabolismo y los órganos de los niños todavía estén en formación los hace más vulnerables a los efectos tóxicos de los contaminantes”, comenta Joan Grimalt, investigador del CSIC en el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudio del Agua (IDAEA) de Barcelona.
Aunque se presente de forma natural en la corteza terrestre, el mercurio se libera fundamentalmente por la combustión de carbón en centrales eléctricas y calefacciones, así como en la incineración de residuos y diversos procesos mineros e industriales. Si las partículas caen en tierra, normalmente vuelven a volatilizarse, por lo que, a la larga, gran parte acabará depositándose en los mares y, finalmente, será ingerido por la fauna marina. “La principal vía de exposición humana al mercurio es el consumo de pescado y marisco contaminados --subraya la Organización Mundial de la Salud (OMS)--. “El hecho de cocinar los alimentos no elimina el mercurio presente”.
“Los peces tienen cinco veces más mercurio que en la época preindustrial”, ha explicado en el congreso Philippe Grandjean, epidemiólogo de la Universidad de Copenhague (Dinamarca). “Una vulgar lata de atún tiene niveles muy altos. En algunos países, ya se incorpora un aviso alertando de ello”, añade.
ENTRAR EN LA CADENA TRÓFICA // El equipo de Grimalt en el CSIC ha realizado diversos estudios sobre la fauna marina del Mediterráneo que confirman los elevados niveles en los alimentos. “El mercurio es insoluble en el agua, por lo que, si cae en el mar, acaba en el fondo marino. Una vez allí, en ambientes sin oxígeno, las bacterias lo transforman en metilmercurio que es absorbible por algas y otros seres”, relata el investigador. “Y de allí pasa a la cadena trófica”. Así pues, los organismos superiores, como son los peces y algunos mamíferos marinos, son lo que tienen más niveles de mercurio.