Expertos analizan en una jornada, con motivo del Día Mundial del Farmacéutico, las fortalezas y debilidades del modelo español de oficina de farmacia

FUENTE: Correo Farmacéutico

La farmacia española vive inmersa en un proceso de cambio y los problemas económicos pueden condicionar su futuro, pero existen opciones y posibilidades de avance que garanticen su pervivencia, como la apuesta por los servicios profesionales y la unión y cooperación entre todos los implicados para que, bajo el liderazgo de los COF, se visualice el valor del modelo farmacéutico y acabar así con los intentos de desregulación, según se puso de manifiesto en el coloquio Fortalezas y amenazas de nuestro modelo de Farmacia, en el marco de una jornada organizada este jueves por el COF de Valencia con motivo del Día Mundial del Farmacéutico. 

Según Carlos González Bosch, presidente de Cofares, existe un problema económico importante que puede "condicionar" el futuro y, por tanto, el modelo tiene que ser "económicamente viable", lo cual requiere, en su opinión, un trabajo y liderazgo por parte de los COF y no esperarlo de la Administración.

EFECTOS NO DESEADOS
Enrique Granda, doctor en Farmacia y experto en política farmacéutica, hizo hincapié en que la liberalización y desregulación del sistema tendría impacto en dos problemas graves de nuestro país: el déficit y el paro. "Con cadenas comerciales, habría menos recaudación por parte de Hacienda, y se produciría pérdida de empleos en el sector y de interés por ser farmacéutico". En su opinión, la farmacia tiene que evolucionar hacia la prestación de servicios fundamentales para la población y, en este sentido, Javier Climent, vocal del COF de Valencia, expresó que "nadie puede dudar de la capacidad de los farmacéuticos y el propio modelo para prestar servicios profesionales y servir al sistema sanitario".

Respecto a quién asumiría el coste de dichos servicios, Miguel de la Mano, vicepresidente ejecutivo de la oficina de Bruselas de Compass Lexecon, apuntó que "no ve nada claro" que la Administración pague los servicios profesionales y, en sintonía con González Bosch, señaló como necesario el trabajo de los COF. Para De la Mano, "apostando y ayudando a las oficinas de farmacia en nuevas tecnologías y proyectos", es posible que el paciente acabe pagando esos servicios por "el buen resultado que recibe". 

CAPÍTULOS CON LOS QUE PAGAR LOS SERVICIOS
En este sentido, Granda argumentó que "el Administración debería pagar dichos servicios con el capítulo II del presupuesto, Compra de bienes y servicios, aunque se trata de una partida limitada y en la cual hay que competir con muchos proveedores". Y para hacerlo con la del capítulo IV, que tiene más margen, "habría que cambiar la ley presupuestaria". Otro aspecto fundamental para el tema de los servicios profesionales es, en palabras de González Bosch, la acreditación para poder realizarlos. "Tenemos que competir con otros sectores o profesionales que quieren realizarlos y si no estamos acreditados, no podremos", enfatizó. 

Para Climent, precisamente la unión y cooperación del sector es otro elemento clave en esa dirección, que se debe apreciar y visualizar en aspectos como la distribución y los propios COF. Según González Bosch, precisamente la colegiación obligatoria es otro consenso básico "necesario", ya que dota de unidad de criterios y organización al sector. Sin embargo, De la Mano denunció cierta "descoordinación" de los COF nacionales a la hora de trabajar unidos para "trasmitir a la Administración la satisfacción global que todo el mundo tiene con el sistema", permitiendo así que ésta se centre en "facilitar la innovación y la evolución", y no en analizar una desregulación que, según el experto, nadie reclama socialmente. 

TTIP
Eduardo Litrán, farmacéutico y autor del libro Tiburones en la farmacia, dijo no poder saber cómo puede afectar al sector farmacéutico "porque no hay transparencia", pero advirtió del riesgo de que "el modelo de cadenas de Estados Unidos impacte en nuestro sector". En este sentido, señaló que se trata de un área muy apetecible para las empresas porque, según sus propios cálculos, en 2012 las farmacias españolas tuvieron un beneficio neto global antes de impuestos de 1.271 millones de euros (571 millones si se apartara el montante equivalente a los sueldos de los farmacéuticos titulares según convenio). González Bosch quiso enviar un mensaje de tranquilidad al respecto, señalando que, según le han transmitido fuentes informadas, "no existe ningún dato que haga pensar en que se vaya a modificar de forma global la regulación sanitaria en Europa".

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