FUENTE: Expansión
La farmacéutica estadounidense Pfizer ha optado finalmente por no separar en dos compañías independientes los negocios de medicamentos con receta y el de fármacos genéricos o con la patente caducada, tras varios años barajando una opción que se habría convertido en la mayor reestructuración de la historia de un laboratorio.
La decisión del dueño de Viagra se ha tomado meses después del fracaso de la compra del fabricante de Botox Allergan, valorada en 160.000 millones de dólares (142.500 millones de euros), una operación que fue abortada por el Gobierno de EEUU para evitar que el laboratorio trasladase su sede a Irlanda con el objetivo de pagar menos impuestos.
Pfizer explicó que, según sus últimos análisis, la valoración del grupo en su conjunto es similar a la de ambos negocios por separado. Además, el director financiero, Frank D’Amelio, indicó que los costes asociados a la segregación y la incapacidad para reducir la factura fiscal de la compañía “probablemente destruiría valor” para los accionistas.
La compañía ya tiene separadas ambas divisiones internamente, por lo que los analistas dudaban de que una separación efectiva en empresas independientes fuera a mejorar el rendimiento. El consejero delegado del grupo, Ian Read, señaló: “Creemos que gestionando las filiales de forma separada y autónoma dentro de Pfizer ya tenemos acceso a los beneficios potenciales de una segregación”.
Compras
El interrogante es cuál será la estrategia de Pfizer a corto plazo, aunque algunos analistas indican que podría optar por compras selectivas, como la que realizó el pasado agosto por el fabricante de fármacos anticancerígenos Medivation, por 14.000 millones de dólares.