FUENTE: Levante
La imagen de una joven inconsciente y entubada en una cama de hospital se ha hecho viral en las redes sociales en las últimas semanas. No se trata de una filtración, una imagen «robada», ni una mala pasada de alguien que conoce a la chica. La foto la compartieron a propósito los padres, para mostrar la situación en la que se puede acabar tras una borrachera, que es lo que le ocurrió a su hija.
En 2015, casi mil menores de edad fueron atendidos por los servicios de urgencias hospitalarias de la Comunitat Valenciana por comas etílicos e indisposiciones. En concreto, 964 jóvenes que aún no habían cumplido los 18 años precisaron ingreso hospitalario tras una ingesta abusiva de alcohol. La edad media rondó los 13,4 años y el 24 % tenían 14 años. También se atendieron casos de 8, 12 y 13 años, edades muy alejadas de los 18, cuando se puede consumir y adquirir bebidas alcohólicas de forma legal.
Los casos de menores atendidos en los hospitales se duplicaron de 2011 a 2012, cuando pasaron de 483 a 954, y en los tres últimos años se han mantenido entre los 800 y los 1.000 anuales. En 2015, suponen el 8 % de todos los ingresos hospitalarios por ingesta de alcohol en cantidades abusivas.
Según datos del Servicio de Gestión de Drogodependencias y Otros Trastornos Adictivos, el diagnóstico en el 98 % de los casos es una intoxicación etílica o borrachera, y en un 2 % un consumo perjudicial.
Además, los episodios se focalizan entre el viernes y el domingo. Durante el fin de semana se producen el 76,47 % de los casos, aunque del total, el 67,65 % ocurren de día, y el 40,35 % se dan de madrugada (entre las 24.00 y las 8.00 horas).
Sobre el total de la población, los casos se elevan a las 11.612 personas, la mayoría hombres (66 %) ?a diferencia de entre los menores, en los que hay más casos de chicas?, y la media de edad es de 38,7 años. Esta cifra se ha multiplicado en los últimos años, y supone el 48 % de las atenciones por consumo de drogas y otras sustancias tóxicas, que en la Comunitat Valenciana fueron 24.110. Además del coma etílico, entre los adultos también destacan las situaciones de dependencia al alcohol (24 %) y de consumo perjudicial (10 %).
Desde la Conselleria de Sanidad califican la situación de «preocupante» porque se puede asociar a «toda una serie de riesgos». Además, también apuntan que estas conductas y las borracheras llevan asociadas «una alta probabilidad de desarrollar adicciones alcohólicas en un futuro». Asimismo, desde Sanidad alertan de que estos datos demuestran «la alta disponibilidad de acceso a bebidas alcohólicas por parte de estos menores, así como en ocasiones, una falta de control socio-parental».
La psicóloga y profesora universitaria Isabel Senabre, explica que los efectos del alcohol son más perjudiciales entre los menores porque el cerebro «termina su maduración a los 21 años», por lo que puede afectar a su desarrollo. Pérdidas neuronales, problemas de atención y de memoria, inhibición de conductas o merma de habilidades ?como de planificación o anticipación?, pueden ser algunas de las consecuencias de hacer botellón o de emborracharse de forma periódica, asegura Senabre.
«La adolescencia es una etapa de cierta vulnerabilidad: los jóvenes son más impulsivos, la percepción del riesgo es baja y se siente mucha presión de grupo», explica entre las posibles causas.
La mayoría de los menores que realizan grandes ingestas de bebidas alcohólicas ?sobre todo en botellones? suelen consumir otras sustancias, como el cannabis, por las que acaban recibiendo ayuda por adicción. Es en ese momento cuando se detectan también problemas con el alcohol.