FUENTE:El Mundo
El azúcar es un saborizante utilizado para mejorar la aceptación de ciertos alimentos como el yogur, el café, el chocolate o incluso algunas frutas ácidas. Pero la sociedad de consumo lo ha convertido en una de las grandes amenazas para la salud pública, tal y como ha revelado la Organización Mundial de la Salud (OMS). EL MUNDO responde a algunas cuestiones prácticas sobre este hidrato de carbono con ayuda de Javier Aranceta, médico y presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC).
La recomendación de la OMS es no superar los 25 gramos de azúcares añadidos, pero eso no incluye los azúcares (fructosa, por ejemplo) presentes de forma natural en alimentos no procesados como la fruta o la verdura. Una cucharita de café llena tiene cuatro o cinco gramos y una sopera entre 12 y 15 gramos. Un lata de una conocida marca de refrescos de cola tiene 35 gramos, 10 más de lo recomendado por la OMS.
Los azúcares presentes en otro tipo de productos también están contemplados en el informe de la OMS, al igual que también lo están las grasas insaturadas o la sal. El problema de las bebidas azucaradas y los refrescos es que su presentación líquida nos hace menos conscientes de estar ingiriendo un elevado contenido de azúcares.
Depende. Los zumos naturales y aquellos que son 100% zumo de fruta exprimida sin más ingredientes no contienen los llamados azúcares libres. Y no contabilizan en el sumatorio de los 25 gramos diarios que la OMS marca como límite. Es importante fijarse en que el etiquetado ponga «sin azúcares añadidos», porque en ocasiones éstos se incluyen bajo el enunciado «azúcares naturales» y al fin y al cabo todos los azúcares son naturales.
Es una creencia habitual pensar que los azúcares morenos, de caña, panelas, mascabos, etcétera son menos perjudiciales -o más sanos- para la salud que los refinados o blancos. Pero desde el punto de vista al que se refiere la OMS todos los azúcares están al mismo nivel. Todos aportan 4 kilocalorías por gramo. Aunque los azúcares menos refinados tienen un pequeño valor añadido por contener elementos traza, como algunas vitaminas o minerales.
Leyendo las etiquetas de los productos que compramos y tratando de consumir alimentos cocinados en casa cuyo aporte de azúcar podamos controlar. Los expertos señalan que es importante fijarse en la cantidad que indica el cuadro de valor nutricional donde dice: «hidratos de carbono, de los cuales azúcares», y fijarse en el valor total, no en el porcentaje por cada 100 gramos.