FUENTE: Las Provincias
El vicepresidente del Colegio de Farmacéuticos de Valencia, Francisco Moratal Peyró, ha fallecido de forma repentina e inesperada, a consecuencia de un paro cardiaco, a los 55 años.
Natural de la comarca de La Safor realizó sus estudios primarios en el Colegio San José de Calasanz de Valencia. También estudió en la Universidad CEU Cardenal Herrera y en la Universitat de València, donde se licenció en Farmacia, como especialista en ortopedia.
Era también diplomado en óptica oftálmica y en audiometría por la Universidad de Barcelona y diplomado en óptica y optometría por la Universidad de Alicante.
Con todo este amplio bagaje académico, Francisco Moratal ha ejercido profesionalmente como director técnico y propietario de la Óptica Moratal SL de Mislata y ha sido cotitular de la Farmacia y Ortopedia E. Peyró C.B, ubicadas ambas en la calle Lepanto de la localidad de Mislata.
Su vinculación al Colegio de Farmacéuticos de Valencia ha sido larga e intensa, pues con el tiempo ha pasado por diferentes puestos, desempeñando los cargos de vocal de óptica, contador, tesorero y actualmente ocupaba la vicepresidencia, tras vencer en las últimas elecciones -celebradas el 14 de abril de 2014- la candidatura que encabezaba Jaime Giner, frente a la candidatura de la anterior presidenta, María Teresa Guardiola.
Gran amante de su trabajo y de la labor que desempeñan los farmacéuticos, Moratal defendió la profesión y a los profesionales siendo parte activa de varias juntas de gobierno y formando parte de un colegio activo y reivindicativo. «Siempre estuvo al lado del colectivo, dando ejemplo con su actitud positiva y firme. Paco Moratal era una persona única que se crecía ante la adversidad y que disfrutaba tanto de la farmacia como de la óptica, profesiones que desempeñaba con enorme ilusión. Por mucho tiempo que pase la actual Junta de Gobierno siempre tendrá presente su figura», aseguran desde el Colegio de Farmacéuticos.
Quienes le conocieron bien coinciden en señalar que Paco Moratal, al margen de su profesión, tenía dos pasiones: su familia y sus amigos. Idolatraba a su esposa Cristina y a sus tres hijos, Cristina, Fran y Pepe. Y sentía un cariño especial y una gran lealtad hacia sus amigos. También era un enamorado de la tradición valenciana y como fallero de la comisión Isabel la Católica-Cirilo Amorós disfrutó mucho de las fiestas.
Fue enterrado ayer en el cementerio municipal de Pego, localidad de la que es natural su esposa Cristina.