FUENTE: Las Provincias
Uno de cada veinte niños son alérgicos a los medicamentos, según el Estudio de Alergia a Penicilinas en la Infancia (Apenin), presentado en el 30 Congreso Nacional de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), celebrado en San Sebastián. El medicamento que más alergia causa es la amoxicilina, un antibiótico betalactámicos, que genera más respuestas adversas cuando es amoxicilina con ácido clavulánico. Por detrás están las penicilinas G y V.
Aproximadamente la mitad de los casos sospechosos de alergia medicamentosa que se registran en la consulta del alergólogo acaban confirmándose, aunque son más frecuentes las alergias a los alimentos o las dermatitis de contacto. Por tanto, una parte de las reacciones adversas a medicamentos que se dan en la infancia no están relacionadas con una respuesta alérgica. «La alergia a medicamentos en los niños no es un fenómeno frecuente a pesar del alto volumen de consultas que genera», dice el doctor Alejandro Joral, jefe del servicio de Alergología del Hospital Universitario Donostia. «Un gran número de erupciones cutáneas que aparecen en el curso de una infección respiratoria infantil se achacan a una reacción alérgica al antibiótico que está tomando el niño, cuando en realidad no se trata de una alergia o no es el antibiótico el causante de la misma».
Los síntomas que presentan los niños alérgicos expuestos a estos medicamentos son la urticaria y el exantema, en primeros lugares, seguidas por picor local o general, náuseas, angioedema, dolor abdominal, disnea o rinitis. La incidencia de síntomas más intensos, como anafilaxia grave, disfonía o sibilancias es menor. En todos los casos, se suele controlar fácilmente con antihistamínicos y corticoides, según la SEAIC.
Entre las alergias alimentarias, los especialistas han destacado el caso especial del huevo, una alergia alimentaria muy prevalente en la edad pediátrica con importantes implicaciones terapéuticas, dado que muchas vacunas requieren para su fabricación de un medio de cultivo (fibroblastos de embrión de pollo) que puede contener trazas de proteína de huevo.
«Las reacciones alérgicas a los componentes de las vacunas son poco frecuentes y generalmente leves, por lo que no se suele desaconsejar la vacunación por este motivo», mantiene el doctor Joral. En cualquier caso, los pacientes con sospecha de alergia a las proteínas de huevo deben ser remitidos a un centro especializado, donde la inmunización es posible bajo supervisión.