FUENTE: La Vanguardia
Un programa informático aplicado a un análisis de 50 genes relacionados con el cáncer de mama permitirá a partir de hoy discriminar qué casos son sensibles a la quimioterapia y los que no. Los test genéticos más recientes conseguían discernir si, a pesar de una apariencia peligrosa, un cáncer de mama puede ser de bajo riesgo según su perfil genético. Eso ha liberado a una parte no despreciable de las afectadas de tener que pasar por seis meses de quimio y sus secuelas a corto y largo plazo. “La nueva prueba da un paso más y se centra no en el riesgo de que reaparezca el cáncer, sino en la sensibilidad a la quimioterapia”, explica Aleix Prat, responsable de oncología del Clínic, que ha coordinado el estudio internacional para poner a punto este predictor. “Ha nacido en nuestro laboratorio, es un conocimiento disponible y a partir de la publicación del estudio, cualquier equipo podrá utilizarlo”.
Han participado los hospitales españoles del grupo cooperativo de cáncer de mama, además del Idibaps, el Instituto de Oncología de Vall d’Hebron y equipos de universidades de Carolina del Norte (EE.UU.), Otago (Nueva Zelanda) Edimburgo (Escocia) y el Royal Marsden de Londres. Entre todos se ha analizado los datos genéticos –esos 50 genes en concreto– de los tumores de más de 2.000 pacientes con cáncer de mama tratadas en ocho estudios clínicos. Con esa información se desarrolló el programa informático para detectar en ese análisis genético qué tumores responderían a la quimio y cuáles a la hormonoterapia.
De todos los cánceres de mama, el 70% son hormonosensibles. Esos son los que se pueden someter a este algoritmo. Una gran parte de esos tumores (30%-40%) tiene un alto riesgo de desarrollar una metástasis al cabo de diez años. Otro grupo en cambio (10%-20%) tiene un riesgo bajo de que eso ocurra y, gracias a los nuevos test que ya se aplican en los hospitales, no se les da quimio, sólo cirugía y hormonoterapia.
El resto es un grupo de riesgo intermedio sobre el que no hay mucho acuerdo entre los oncólogos: “Unos darían quimio, otros no, pero con el algoritmo podrán saber si ese tumor es sensible a ese tratamiento”, explica Prat.
En el estudio han comprobado que la mitad de los de riesgo intermedio responden a la quimio, deben hacerla; la otra mitad no, en cambio son más sensibles a la hormonoterapia. La suma de grupos se traduce en que, pronto, la mitad de los cánceres de mama no necesitarán quimio.