FUENTE: La Razón
Pasamos más de ocho horas al día frente a una pantalla. No sólo es el tiempo al que estamos expuestos delante del ordenador en nuestro trabajo; también «cuentan» las recurrentes visitas a las tabletas y al móvil. ¿Cómo incide este impacto en nuestros ojos? Un trabajo elaborado por el equipo de Celia Sánchez-Ramos, profesora del Departamento de Optometría y Visión de la Universidad Complutense de Madrid, ofrece algunas respuestas, no definitivas, pero que sí deben llevar a la reflexión sobre los daños que las pantallas pueden provocar en nuestra salud ocular.
En este estudio se expuso a un grupo de ratones de laboratorio a la luz de seis tablets con pantallas LED que se encendían durante 16 horas y que se apagaban ocho horas al día. Emitían entre 15.000 y 20.000 cuantos de luz blanca, una energía baja, teniendo en cuenta que nuestros móviles pueden emitir hasta 50.000. El experimento se realizó a lo largo de tres meses consecutivos. ¿El resultado? La apoptosis, es decir, la muerte de células de la retina, aumentaba un 23%. Así, las pantallas no sólo favorecen la expresión de genes que promueven la muerte celular y de las enzimas implicadas; también bloquean la expresión de otros genes implicados en su supervivencia.
¿Es el estudio extrapolable a seres humanos? Sánchez Ramos alerta de que esta apoptosis podría conducir a una maculopatía, una enfermedad que afecta a la mácula, parte de la retina que nos permite «afinar» los detalles, y que degenera en una ceguera central. «Del mismo modo que el agua o el aire, la luz también puede ser contaminante», subrayó Ramos.