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Los pediatras comienzan a lanzar la voz de alarma ante el creciente número de niños que llegan a sus consultas con problemas de insomnio y falta de concentración derivados de un uso abusivo de teléfonos móviles y ordenadores. «De momento, las familias no son conscientes de que sus hijos tienen un problema, y por tanto no demandan un tratamiento específico, pero en breve el número de casos de jóvenes con adicción que nos van a llegar a la consulta va a ser enorme. Lo estamos viendo venir», señala Pilar Rubio, presidenta en Alicante de la Asociación de Pediatría Extrahospitalaria.
Problemas para conciliar el sueño o un bajo rendimiento en clase suele ser el primer toque de atención para que los padres se decidan a preguntar al pediatra. «Luego rascas un poco y ves que el niño está wasapeando o jugando on line hasta las tres de la mañana», afirma Rubio. Los jóvenes entre 11 y 15 años son los que están viviendo esta adicción con mayor intensidad. Cuando el pediatra detecta que el problema de adicción comienza a ser grave, el niño es derivado a las Unidades de Conductas Adictivas para iniciar un tratamiento. En Proyecto Hombre también están asistiendo a un paulatino aumento de jóvenes con problemas de adicción a las nuevas tecnologías. De hecho, un 13% de sus intervenciones están enfocadas ya a esta adicción, una cifra impensable hace tan solo 5 años. Sus responsables aseguran que cuando la familia llega a ellos, el problema ya adquiere unas dimensiones desbordantes. «Hemos tenido casos de chicos que podían estar 14 y 15 horas frente al ordenador, sin ninguna noción del tiempo», explica Consagración Jareño, directora de Proyecto Hombre en Alicante. Además, se ha detectado que en muchas ocasiones la adicción a las nuevas tecnologías no es la única en esta población y coexiste con una dependencia hacia el cannabis.
Detectar cuándo un niño tiene un problema puede ser difícil. «Al principio los padres están contentos porque ven que su hijo pasa mucho tiempo en casa». Y a la hora de intentar desengancharse de una adicción al ordenador o al móvil, el síndrome de abstinencia puede ser tan intenso como el de cualquier otra sustancia. «Hay padres que optan por quitar el router y eso ha desencadenado episodios de agresividad en los jóvenes». La responsable de Proyecto Hombre sostiene que tratar de quitar o de dosificar el uso del móvil a un joven de 15 años puede ser demasiado tarde, «es una tarea que debe empezar a los 3 o 4 años».