FUENTE: ABC
Cada año se diagnostican en nuestro país más de 25.000 nuevos casos de cáncer de mama, el tipo de tumor más prevalente entre la población femenina de todo el mundo. Un cáncer de mama cuyo pronóstico, además de por el tipo de tumor, viene condicionado por la adopción, o no, de hábitos de vida saludable, caso muy especialmente de evitar el tabaco y de realizar ejercicio físico. Y asimismo, de seguir una alimentación adecuada, como sería la inclusión en la dieta de la soja y sus productos derivados. De hecho, como muestra un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Tufts en Boston (EE.UU.), el consumo de soja se asocia a un aumento de la supervivencia en muchas pacientes con cáncer de mama.
Como explica Fang Zhang, directora de esta investigación publicada en la revista «Cancer», «las isoflavonas, esto es, los componentes de la soja con propiedades similares a los estrógenos, han demostrado ralentizar el crecimiento de las células del cáncer de mama en el laboratorio. Además, los estudios epidemiológicos llevados a cabo con mujeres con cáncer de mama de países del este de Asia han mostrado una asociación entre una mayor ingesta de soja y una menor mortalidad».
Entonces, ¿dónde está el problema? Pues en que, como continúa la investigadora, «también hay estudios que han sugerido que los efectos similares a los estrógenos de las isoflavonas podrían disminuir la efectividad de las terapias hormonales que se emplean en el tratamiento del cáncer de mama. En consecuencia, y dada esta disparidad de resultados, no ha quedado claro si este consumo de isoflavonas debería ser alentado o, por el contrario, evitado, en las pacientes con cáncer de mama».
La soja y sus productos derivados están considerados como unos de los alimentos más saludables para el ser humano. El problema es que contienen isoflavonas, o lo que es lo mismo, tienen propiedades similares a las de los estrógenos, por lo que podría ser posible que su ingesta se asocie a un mayor riesgo de desarrollo de cáncer de mama. Y esto, ¿cómo se explica? Pues porque en los tumores con receptores de hormonas positivos –es decir, en todos los tipos de cáncer de mama salvo el triple negativo–, los altos niveles de estrógeno podrían ayudar a las células cancerígenas a crecer y a expandirse a otros órganos. Entonces, ¿la soja es perjudicial o es beneficiosas?
Para responder a esta pregunta, los autores evaluaron la asociación entre el consumo diario de isoflavonas ‘naturales’ –de la soja, no de suplementos alimenticios– y la mortalidad por cualquier causa en 6.235 mujeres canadienses y estadounidenses diagnosticadas de cáncer de mama. Y tras un seguimiento promedio de nuevo años, los resultados mostraron que aquellas pacientes que consumían altas cantidades de isoflavonas presentaban, frente a aquellas con una ingesta mínima, un riesgo hasta un 21% inferior de fallecer por cualquier causa. Un beneficio, sin embargo, que prácticamente se limitó a aquellas mujeres con tumores sin receptores de hormonas –o ‘triple negativo’– o que no recibieron hormonoterapia –por ejemplo, con tamoxifeno, fármaco que bloquea los efectos de los estrógenos.
Y en este contexto, ¿qué sucede en el caso de recibir tratamiento hormonal? ¿Debería contraindicarse el consumo de soja? Pues no, dado que contrariamente a como han sugerido algunos estudios previos, la ingesta de altos niveles de isoflavonas no se asocia con una mayor mortalidad en pacientes con hormonoterapia. O dicho de otra manera, el consumo de soja es seguro.
Como refiere Fang Zhang, «basándonos en nuestros resultados, no hemos visto un efecto perjudicial del consumo de soja entre las mujeres que reciben terapia endocrina. Además, y en lo que respecta a las mujeres con cáncer de mama sin receptores hormonales, los productos de la soja podrían tener un efecto protector. Por su parte, y en las pacientes que no reciben hormonoterapia para tratar su cáncer de mama, la soja también induce un beneficio, si bien más débil».
En definitiva, la soja y sus subproductos no solo no son perjudiciales para las mujeres con cáncer de mama, sino que incluso parecen ser muy beneficiosos para un considerable número de pacientes.
Y este efecto beneficioso de la soja sobre este tipo de cáncer, ¿cómo se explica? Pues la verdad es que, como reconocen los propios autores, aún no se sabe. Sin embargo, distintas investigaciones previas han demostrado que la soja induce efectos que, como los antiangiogénicos, antiinflamatorios y antioxidantes, pueden influir en el crecimiento y supervivencia del tumor.
Como concluye Omer Kucuk, del Instituto Oncológico Winship de la Universidad de Emory en Atlanta (EE.UU.), en un editorial del mismo número de la revista, «ahora contamos con evidencias que los productos de la soja no solo previenen el cáncer de mama, sino que también benefician a las mujeres que ya han desarrollado el tumor. Así, ya podemos recomendar a las mujeres que consuman productos de soja dados los numerosos beneficios que tiene la soja para la salud».