Al besar, nuestro cuerpo cambia. Se liberan ciertas hormonas, se aceleran los latidos y generamos un lazo con el otro. ¿Podríamos volvernos más saludables si besáramos más?

Pareciese lógico pensar que los besos son buenos para la salud y que tienen sus beneficios. Nos besamos de manera natural y casi automática para saludarnos, para demostrar afecto a un familiar y no concebimos las relaciones románticas sin un beso.

Sin embargo, no está claro que la humanidad siempre se haya besado. De acuerdo con información recopilada por los antropólogos, no fue hasta el 2500 a. C. que el beso adquirió estatus de demostración romántica.

Además, se calcula que el 10 % de la población humana mundial no tiene el hábito de besarse por ningún motivo. Más aún, menos del 50 % de las culturas tienen presente al beso romántico (labios contra labios).

Noticia completa en Mejor con salud.

Farmacias abiertas y de urgencia más cercanas