FUENTE: Las Provincias
«Si alguien te habla no te enteras de nada», describe Mohamed Mutawakil. Imane, vecina de una barriada de Casablanca, cuenta cómo su marido entró en coma durante varios meses tras un accidente. Había salido de prisión colocado de 'karkubi'.
Así es el estupefaciente de los pobres en Marruecos, una droga elaborada con ansiolíticos y que está causando estragos en las barriadas más desfavorecidas del país norteafricano. Expertos marroquíes en adicciones y ayuda social llevan años alertando de su peligro. Se consume en comprimidos mezclados con hachís, alcohol o pegamento. Y sus colocones son verdaderos hachazos para la salud, pues pueden derivar en potentes alucinaciones, conductas psicopáticas, automutilaciones y hasta el coma.
Una operación policial ha permitido descubrir que las farmacias españolas funcionan como cantera del 'karkubi' para los químicos y traficantes de esta droga. Son los puntos donde logran con engaño su materia prima, el clonazepam, principio activo de alta potencia contenido en las benzodiacepinas, la familia de fármacos ansiolíticos. Los agentes han descubierto que cientos de ellos se extrajeron de farmacias de la Comunitat Valenciana a través de una trama de 'pasadores' de recetas falsas.
La investigación arrancó en abril del año 2015. Una inspectora gaditana de Farmcia sospechó ante el aumento de falsificaciones de recetas médicas privadas para obtener un medicamento que contenía clonazepam y lo denunció a la Policía Nacional.
A los pocos meses, otro psiquiatra gaditano dio la voz de alarma. Según fuentes policiales, «detectó que se estaba usando su nombre y número de colegiado de manera fraudulenta para obtener un medicamento del grupo de las benzodiacepinas».
Además, las recetas falsificadas de la trama también circulaban por Sevilla, Granada y Almería. Más tarde se supo que el alcance de la red era nacional y que los establecimientos valencianos también estaban en la ruta del 'karkubi'. Así, el asunto acabó en manos del Centro de Inteligencia Contra el Terrorismo y Crimen Organizado (CITCO), acordándose desde ese momento proseguir las investigaciones de forma conjunta.
Las personas que adquirían los medicamentos ilegalmente vivían en Algeciras y Ceuta. La Policía Nacional logró poner nombre y apellidos a los principales 'pasadores' de la red, los encargados de entregar las recetas falsificadas en farmacias para adquirir posteriormento los medicamentos. Hubo en total 18 detenciones. Los investigadores estiman que falsificaron y usaron ilegalmente unas 50.000 recetas en dos años. Cantidades ingentes de 'karkubi' con rumbo a Marruecos fueron fabricadas con ansiolíticos de farmacias españolas.
Las asociaciones marroquíes detectaron el problema hace más de una década. El Centro Especializado en Adicción de Casablanca llegó a mencionar en un informe que el uso de la sustancia «está estrechamente relacionado con la miseria social o afectiva, que transforma al individuo en animal».
Y de ahí a la sinrazón. «Los consumidores de psicotrópicos pueden sumergirse en efectos secundarios que conducen a la amnesia, la automutilación e ideas suicidas e incluso asesinas», describe el doctor Abdelá en el estudio. Y con un cerebro dominado por la química llegan accidentes, agresiones o lesiones. No son pocos los traumatismos atendidos en hospitales sufridos por consumidores de la droga.
Los traficantes se preocupan de poner el 'karkubi' al alcance de los jóvenes en colegios, institutos y hasta estadios de fútbol. Y para colmo, su precio es barato en relación a otras drogas, al oscilar entre 3 y 7 euros. Los comprimidos son fáciles de ocultar y sólo una pequeña parte del 'karkubi' que llega a Marruecos desde Argelia, Ceuta o Melilla es confiscado. Por ejemplo, la trama desmantelada en España escondía su mercancía en el filtro del aire de un coche y en otros escondites.
El departamento de inspección colegial del Colegio de Farmacéuticos explica que las benzodiacepinas, de donde se obtiene el 'karkubi', «son medicamentos psicotrópicos que actúan sobre el sistema nervioso central con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos o anticonvulsivos», entre otros. Se usan para la ansiedad, el insomnio o la epilepsia, entre otros problemas de salud, y también pueden funcionar como sedantes en endoscopias. También se suministran benzodiacepinas «para tratar los estados de pánico causados en las intoxicaciones por alucinógenos», explican los profesionales valencianos. Y todo psicotrópico precisa de receta médica para su suministro en farmacias.