FUENTE: El Mundo
Uno de cada cinco españoles reconoce ser fumador activo. Y fumar una media de 11,5 cigarrillos al día. Son datos de una encuesta llevada a cabo por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), para la que han sido entrevistadas 9.045 personas en el marco de la XVIII Semana Sin Humo, organizada por la asociación bajo el lema «Menos cajetilla y más zapatilla» y que dará comienzo este miércoles.
Según reflejan desde semFYC, en España murieron unas 52.000 personas al año por culpa del tabacoentre 2010 y 2014. A día de hoy, fumar continúa siendo la principal causa aislada de mortalidad prematura evitable, tanto en España como en el resto del mundo, en hombres (en España fuma un 21,7% de varones) y en mujeres (lo hace un 20,6%). Calculan, además, que el tabaco terminará matando hasta a la mitad de sus consumidores. Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de siete millones de personas mueren al año en el mundo por causas relacionadas con el tabaco. Cifra que aumentará en un millón para 2030 si no se intensifican las medidas de control.
«Son datos abrumadores», señala Salvador Tranche, presidente de la semFYC, que remarca que hay que abordar el asunto «en continuidad para hacer frente a la realidad del problema complejo». Porque el tabaquismo ha pasado a ser eso: un problema social, tanto para fumadores como para los que no lo son. Entre 1.500 y 3.000 personas, calculan desde la asociación, mueren al año en España por estar expuestos al humo del tabaco. Fumadores pasivos que conviven con gente adicta a la nicotina y que se ven realmente condicionados por ello. De hecho, desde la OMS reseñan que, de las siete millones de muertes que causa el tabaco al año, alrededor del 890.000 son no fumadores, fumadores pasivos cuya única relación con el tabaco se basa en tener contacto con gente que sí que fuma. De hecho, casi un 70% de la población considera estar expuesta al humo ambiental del tabaco.
La encuesta también se pregunta qué se puede hacer para que disminuya el tabaquismo. Más de la mitad de los sondeados (51,6%), fumadores o no, piensa que debería estar prohibido fumar en vehículos privados, al menos cuando hay niños en el coche, como ocurre en países como Inglaterra, Francia, Australia, Sudáfrica, Gales o varios estados de los Estados Unidos. Y dos de cada tres, el 65’9%, consideran que habría que aumentar el precio y los impuestos sobre el tabaco para que su consumo disminuya.
«Una amplia mayoría de ciudadanos, incluso fumadores, estarían a favor de avanzar en la limitación de fumar», explica César Minué, coordinador de la Semana Sin Humo, que coincide en que subir el coste del tabaco influiría negativamente en su adquisición. «Un incremento del 10% del precio se relaciona con una disminución del consumo de entre un 4%, en países de ingresos altos, y un 8% en países con ingresos bajos y medios», comenta. «En adolescentes, la reducción puede ser de alrededor de un 7%», concluye. SemFYC estima que la edad media en la que la gente comienza a fumar en España está en los 17 años y medio.
En cuanto al marco legal, casi el 40% aprecia que no se respeta la Ley Antitabacoque entró en vigor el 2 de enero de 2011 y que prohíbe fumar en terrazas totalmente cerradas de bares y restaurantes. Los españoles siguen considerando estar expuestos al humo de manera pasiva tanto en sus casas (13,4%), como en el trabajo (5,2%) y en especial en las terrazas de los establecimientos (45,8%).
El consumo del tabaco está directamente ligado al padecimiento de muchas patologías y afecciones. Según Minué, el tabaco es el responsable de «numerosos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, disfunción eréctil, defectos en la función reproductora y también anomalías congénitas». Además, asegura que «la diabetes, la artritis o enfermedades de la vista» son patologías más frecuentes «en fumadores que en no fumadores».
No es sencillo, pese a todo ello, dejar de fumar. Más de dos de cada tres fumadores (70,1%) reconoce haber intentado dejar de fumar en al menos una ocasión, mientras que el 17% explica haberlo hecho, sin éxito, cuatro o más veces. «Es un problema que habría que abordar desde la visión que puede aportar un médico de familia». Desde este campo, la Medicina de Familia, aseguran que sería muy efectivo introducir tratamientos farmacológicos para dejar de fumar, pese a que casi tres de cada cuatro exfumadores (72%) dice haber abandonado el tabaco sin ayuda psicológica ni de fármacos.
Sin embargo, la encuesta de semFYC apunta que más de dos de cada tres españoles (67’5%) estima que, si estos tratamientos tuviesen financiación pública, el consumo de tabaco se reduciría. De hecho, según estos datos, seis de cada diez fumadores (61,6%) intentaría dejar de fumar si el Estado cubriese los gastos médicos y psicológicos del procedimiento.
Con ese objetivo, el de reducir el consumo, nace esta XVIII Semana Sin Humo puesta en marcha por semFYC. Una iniciativa que contará durante siete días cos la presencia de especialistas y médicos de familia de toda España que realizarán charlas y actividades de concienciación contra el tabaquismo.