FUENTE: Correo Farmacéutico
El presidente de Polonia, Andrzej Duda, aprobó definitivamente la ley de abril de 2017 que modifica el modelo de prestación farmacéutica. De esta manera Polonia, que había liberalizado su modelo tras la caída del sistema de economía socialista, establece restricciones para el acceso a nuevas oficinas de farmacia. Las nuevas nomas establecen que una farmacia puede ser propiedad de un farmacéutico o de una sociedad. Un farmacéutico no podrá ser propietario de más de cuatro oficinas de farmacia y si la propiedad es de una sociedad, ésta debe estar integrada por farmacéuticos y uno de ellos debe estar al frente de la farmacia.
Estas restricciones no se aplicarán a las farmacias existentes, sólo a las de nueva apertura. Además, no se permitirá instalar ningún nuevo establecimiento dentro de un radio de 500 metros alrededor de una farmacia existente, y el texto incluye la prohibición de abrir nuevas farmacias en "áreas saturadas"; es decir, donde ya haya una farmacia por cada 3.000 habitantes o menos.
Tras el hundimiento del sistema de economía planificada, muchos países de Europa del Este optaron por un modelo liberalizado de prestación farmacéutica y algunos como Hungría, Letonia, Rumania o Bulgaria ya han aprobado leyes para volver a regular el modelo farmacéutico.
En Polonia, entre 2012 y el primer trimestre de 2014, 1.008 oficinas de farmacia habían cerrado, como se desprendía de un estudio elaborado por Kacper Budek, estudiante polaco de Farmacia, con el apoyo y colaboración del COF de Valencia y que se presentó en el marco del VII Congreso Joven de Farmacia celebrado en Cracovia a finales de septiembre de 2014 y que publicó correofarmaceutico.com. En el referido estudio, Budek sostenía que el 48 por ciento de los anuncios televisivos que se emiten en Polonia tiene que ver con suplementos dietéticos o medicamentos sin prescripción médica, lo que produce una "hipermedicalización". Y eso, afirma, estimula el impulso de los ciudadanos al consumo de medicamentos sin prescripción que se venden en farmacias y grandes superficies, "sin un farmacéutico que pueda aconsejar o desaconsejar la administración de los medicamentos vendidos".
La modificación de la norma liberalizadora supone el final de un proceso largo y complejo en el que durante años han actuado grupos de presión tanto de empresas propietarias de cadenas de farmacias como de profesionales partidarios de una mayor intervención de la Administración. Las demandas de una mayor regulación fueron encabezadas por el Consejo de Farmacéuticos de Polonia (NRA) y la Cámara Suprema Farmacéutica (NIA) con el objetivo de detener el crecimiento de las grandes cadenas de farmacias y de igualar las posibilidades de acceso a nuevas farmacias de los farmacéuticos independientes.
Actualmente, Polonia, con un mercado farmacéutico por valor de 7.350 millones de euros, cuenta con 14.600 farmacias, de las cuales unas 4.000 estarían al borde de la bancarrota , según fuentes profesionales, y casi todas estarían administradas por propietarios individuales, según informan sus representantes.
Hungría mantiene un modelo liberalizado y abierto a las cadenas aunque en una rectificación de 2010 se estableció que el farmacéutico debe ser dueño de, al menos, el 50 por ciento del negocio. Actualmente, los profesionales piden más medidas de rectificación.