Para defender la medida adoptada por el Gobierno, Edouard Phillipe, primer ministro de Francia, ha recordado las palabras del famoso biólogo francés Louis Pasteur, –quien realizó importantes descubrimientos para el tratamiento de enfermedades, desarrollando las primeras vacunas para la rabia y el ántrax en el siglo XIX–, que decía que todas las vacunas que son recomendadas para un cuerpo sano, –11 en total (Hepatitis B; rotavirus; difteria; tétanos; tosferina; Haemophilus influenzae, Hib; sarampión, rubeola y paperas; varicela; polio; neumococo; y tuberculosis)–, serían obligatorias, tal y como precisa The Independent.
Según el citado medio, la decisión sigue iniciativas similares como la adoptada en Italia, donde, yendo un paso más allá, a los niños que no han sido vacunados se les prohíbe asistir a la escuela.
No obstante, como cabía esperar, la medida anunciada cuenta con tantos defensores como detractores, ante el auge de aquellos que promueven la negativa a las vacunas y apuestan por la homeopatía como la fórmula para tratar sus afecciones y enfermedades.
Abanderando esta última causa, la de aquellos que se oponen a la decisión,Marine LePen, líder de la oposición en el Frente Nacional, se ha pronunciado a través de su perfil oficial en Twitter.
“Sabemos muy poco acerca de las consecuencias a largo plazo de la vacunación múltiple, y va a llenar los bolsillos de los laboratorios”, ha dicho.
Actualmente, en Francia son obligatorias tres tipos de vacunas para los niños: la de la difteria, el tétanos y el polio o poliomelitis. Sin embargo, otras como la hepatitis o la difteria son simplemente recomendadas.