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Las citologías dejarán de ser en breve la principal prueba para detectar el cáncer de cuello de útero a partir de los 35 años. La Conselleria de Sanidad está trabajando en la implantación de un nuevo programa para la detección del cáncer de cérvix, similar a los que ya existen para el cáncer de mama y de colon. De esta manera, a partir de los 25 años y hasta los 65, todas las mujeres de la Comunidad recibirán cartas para hacerse pruebas para detectar esta patología. Un nuevo programa que, pese a no haber sido aún implantado, está generando controversia entre los ginecólogos, sobre todo por el tipo de pruebas que se van a realizar y la periodicidad de las mismas.
La población se dividirá en dos grupos, según han explicado desde la Conselleria de Sanidad. A las mujeres de 25 a 34 años se les realizará una citología cada tres años, como hasta el momento se viene haciendo. A partir de los 35 años y hasta los 65 años la citología como prueba de cribado será sustituida por otra para detectar el virus del papiloma humano. De no mostrar ninguna alteración, esta prueba se repetirá cada cinco años. La citología en este segundo grupo de mujeres desaparece por tanto como prueba de rutina y sólo se hará «en función de las indicaciones de su especialista», según concretan desde la Conselleria de Sanidad. Fuentes del departamento de Carmen Montón señalan, por tanto, que la decisión de si se hacen citologías a las mujeres a partir de 35 años será de cada departamento sanitario, pero nunca antes de cinco años. Especialistas consultados por este periódico muestran serias dudas sobre la efectividad de este programa. «La única forma de detectar si hay una lesión precancerosa en el cuello del útero es a través de las citologías y no de la prueba del virus del papiloma humano», señala un ginecólogo de Alicante que prefiere mantener el anonimato. Con clínica privada y plaza en la pública, este especialista sostiene que a sus pacientes «les seguiré recomendando que se hagan una prueba anual».
Por su parte, Francisco Quereda, jefe de Ginecología del Hospital de Sant Joan, sostiene que una prueba para determinar la existencia del virus cada cinco años es suficiente para poder detectar a tiempo la enfermedad. «El 99,5% de las lesiones de cuello de útero que pueden derivar en cáncer están relacionadas con este virus. No tiene sentido hacer una citología cada año porque no aporta nada». Quereda afirma que este nuevo plan de la Conselleria de Sanidad «se basa en estudios a gran escala» y permitirá «llegar a un número mucho mayor de jóvenes, ya que no es oportunista, como el actual, es de carácter poblacional y por tanto se va a hacer un llamamiento a todas las mujeres para que participen en él, como ocurre con los cribados de cáncer de mama y colon».
Otra ginecóloga de Alicante, y que también prefiere mantener el anonimato, recela de los plazos de tiempo entre una prueba y otra: «La historia de la enfermedad nos dice que son necesarios tres años para que una lesión premaligna se convierta en cáncer y 5 para que el virus del papiloma humano acabe desembocando en un cáncer de cérvix. En un mundo perfecto, el nuevo programa se ajustaría a estos plazos, pero la experiencia nos dice, que por un motivo u otro, siempre se acaba alargando el tiempo que transcurre entre dos pruebas».
De momento la Conselleria aún no ha fijado fecha para la implantación del nuevo programa de cribado y afirma que a nivel del Sistema Nacional de Salud (SNS) «se ha elaborado un documento de consenso en el que han participado expertos de cada una de las comunidades autónomas, donde se recomienda la transformación paulatina de los actuales programas de cribado y en el que se establecen las pautas y directrices comunes a seguir en todo el territorio nacional». Está previsto, añaden, «que en los próximos 10 años esté implantado con una cobertura del 100% en todo el territorio nacional». En el Hospital del Vinalopó ya han comenzado a espaciar las citologías a cinco años, según han confirmado a este diario pacientes y sanitarios del centro hospitalario.