FUENTE: La Vanguardia
La Uva es uno de los cultivos más antiguos que existen. El fruto de la vid, originaria del Cáucaso y Asia occidental, ya se recolectaba en el neolítico. Fueron los Romanos quienes extendieron su cultivo en toda Europa, y los Españoles quienes lo llevaron al continente americano extendiéndose rápidamente. En la actualidad el cultivo de la uva se encuentra extendido por todas las regiones cálidas del mundo.
Hay uvas blancas o negras y su composición puede variar según su variedad. Pero todas ellas son un poderoso alimento con propiedades saludables. La nutricionista Marta Sanz explica a La Vanguardia que 100 gramos de uva nos aportan alrededor de 70 kcal y su contenido en agua es del 82%. Toda esta agua le confiere a la uva un potente efecto diurético y si a eso le añadimos su cantidades apreciables de fibra, sobretodo soluble, tenemos una fruta diurética y laxante. Consumir uvas sobre todo si se consumen con piel y con pepitas, aporta un extra de fibra que beneficia la movilidad intestinal, y si las consumimos en forma de pasas, tiene efecto laxante.
La uva también es un buen aporte energético muy necesario para deportistas i también para niños y personas mayores. “La uva es una fruta rica en hidratos de carbono, por eso en comparación con otras frutas nos aporta mayor energía. Los hidratos de carbono que encontramos en la uva son de fácil asimilación como la glucosa, fructosa, sacarosa y dextrosa” explica la nutricionista Marta Sanz.
Son ricas en flavonoides, taninos y polifenoles, sobre todo en las variedades rojas y negras, en piel y semillas. Esto le confiere a la uva una potente acción antioxidante que protegen al organismo del desarrollo de enfermedades degenerativas. Cabe destacar que “diferentes estudios relacionan los fitonutrientes presentes en la uva y en el vino con un efecto preventivo sobre las enfermedades cardiovasculares, trastornos degenerativos y algunos tipos de cáncer. Estos fitonutrientes son compuestos fenólicos, como resveratrol y flavonoides. Las uvas negras contienen mayor cantidad de estos fitonutrientes que las uvas blancas” explica Sanz.
Desde el punto de vista vitamínico hay que destacar su contenido en vitamina B6 y ácido fólico. Es por eso que muchos nutricionistas aconsejan a las embarazadas o mujeres que planifiquen un embarazo consumir uvas rojas en los primeros meses de embarazo porqué favorece la división celular y la correcta gestación de nuestros hijos en esas primeras semanas.
En cuanto a los minerales hay que destacar su contenido en hierro y potasio. Gracias a esto, pueden reconstruirse muchos tejidos de nuestro organismo, mejorando el funcionamiento del corazón, y estimulando a la vez, la producción de células rojas que ayudan a la circulación del oxígeno en el cuerpo.
La uva es una fruta de la que podemos disfrutar especialmente durante el otoño. Existen más de 3000 variedades, se pueden clasificar en dos grupos según si son utilizadas para la elaboración del vino o las que son para consumo directo (fresco). Éstas últimas suelen ser más dulces que las variedades que se usan para vino.
Entre las diversas variedades que se consumen como uva de mesa la más popular y apreciada es la uva Moscatel. Esta variedad destaca por su sabor dulce, gran aroma y belleza. Es una uva de grano grande y redondo, y puede ser de piel blanca, roja o negra.
A la hora de comprar uvas es importante detectar que estén bien maduras pero que sigan firmes. Hay que asegurarse de que las variedades negras o rojas no presenten ninguna señal verde, así como de que la coloración de las verdes o blancas sea un poco ámbar.
Para no comprar un racimo demasiado maduro debemos comprobar que la piel de las uvas no esté arrugada, ni los tallos han de presentar manchas marrones.
En lo que se refiere a su conservación hay que tener en cuenta que las uvas deben mantenerse en el frigorífico hasta el momento de su consumo, donde se pueden conservar en óptimas condiciones hasta 15 días. Para que podamos disfrutar de toda su dulzura y aroma conviene sacarlas de la nevera una hora antes de ser consumidas.