Fuente: La Vanguardia
Las mujeres con algún tipo de trombofilia, al menos el 10% de la población, tienen más abortos de repetición, más riesgo de embolia pulmonar durante el embarazo, más muertes intrauterinas, más preeclampsia, más infertilidad. De hecho es el principal factor de riesgo para tener una complicación durante la gestación. Y si se someten a una reproducción asistidapor esa infertilidad con varios abortos anteriores, su riesgo aún crecerá más. Y también cuando llegue la menopausia, o cuando tome anticonceptivos, o cuando tenga que pasar por una quimio... Y es muy probable que nunca se lo hayan dicho.
El equilibrio en la coagulación de la sangre no suele estar presente en esas etapas tan naturales de la vida femenina, pero la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH en inglés) ha puesto en marcha un estudio internacional para determinar si esa coincidencia es en realidad una relación causal entre la trombofilia y la infertilidad y otros problemas reproductivos. “Queremos comprobar si tratar de forma preventiva los problemas de coagulación mejora los embarazos de estas mujeres, si permite reducir el número de abortos y la insuficiencia placentaria”, explica la hematóloga de Vall d’Hebron y del instituto de hematología de Dexeus Amparo Santamaría, que lidera la investigación. También quieren determinar cuál es el protocolo adecuado de tratamiento, “porque no se trata de que todo el mundo tome heparina o aspirina, hay que concretar qué dosis son las eficaces. Y es importante empezar a actuar de forma preventiva y no esperar al cuarto aborto para hacer un análisis de sangre en busca de alguna anomalía”, señala Santamaría.
El estudio se llevará a cabo con la colaboración de una treintena de hospitales de España, Francia, Argentina, Israel, Italia y Canadá y reunirán a 3.000 mujeres portadoras de alguna de las trombofilias de origen genético más frecuentes.
El origen de esta iniciativa fueron los resultados de un estudio anterior de una docena de hospitales españoles y de Uruguay. Comprobaron que el 41% de las mujeres con trombofilia tenía problemas en el embarazo. Los más frecuente, abortos de repetición, muertes fetales e hipertensión. En este análisis, los tratamientos administrados como profilaxis con heparina o aspirina no mostraron un beneficio significativo.
La relación entre más abortos y trombofilias se observa desde hace años, pero los especialistas de la sociedad internacional creen que con lo que saben ahora hay que poner sobre la mesa datos concretos para actuar de otro modo, “porque se podrían evitar entre el 20% y el 30% de los abortos”, afirma la hematóloga.
“No toda mujer que tiene un aborto tiene un problema de coagulación”, aclara Santamaría, “pero cuando hay abortos de repetición hay que pensar en trombofilia e ir a buscarla. Porque cualquier cambio en el ambiente hormonal pone en marcha la expresión de genes relacionados hasta entonces silenciados: el embarazo multiplica por 5 el riesgo de coágulos. También los factores de coagulación están implicados en el desarrollo de la placenta y en toda la evolución del feto. Si esos factores funcionan mal, funciona mal la placenta, se mueren los fetos, o no se consigue el embarazo o se produce insuficiencia placentaria y un retraso en el crecimiento”, enumera la hematóloga.
“Necesitamos afinar más en las pruebas genéticas y en los protocolos de prevención. Queremos conocer la prevalencia real de las trombofilias en las mujeres, determinar qué factores de coagulación son los especialmente implicados y cómo llevar a cabo un tratamiento preventivo eficaz. Y demostrar si todo ello mejorará realmente los embarazos”.