Fuente: Información
Tan sencillo como mezclar unos polvos de sílice con el paquete de tabaco de liar. Con este simple gesto que el usuario realizaría al abrir por primera vez el paquete antes de ir confeccionando los cigarrillos reduciría un 60% la toxicidad de cada pitillo. El catalizador se vendería en un pequeño sobre, parecido a los de azúcar, en el propio estanco.
Así lo describe el catedrático de ingeniería química de la Universidad de Alicante (UA) Antonio Marcilla que desde el año 2000 investiga la manera de reducir los elementos nocivos del tabaco y que dirige una Empresa de Base Tecnológica (EBT) en el campus centrada en este campo.
Tras desarrollar varias patentes y contactos con tabaqueras, una empresa ve viable la incorporación del catalizador al tabaco de liar. Las negociaciones se encuentran bastante avanzadas por lo que los polvos de sílice patentados por Marcilla podrían comercializarse en los próximos meses.
Además, tienen pensado acudir a la feria del tabaco que se celebra en Dortumd, Alemania, a finales de septiembre, para tratar de que más empresas se interesen por este hallazgo y la reducción de la toxicidad del tabaco, principalmente enfocada al alquitrán, nicotina y monóxido de carbono, se extienda.
«Obviamente, lo mejor es dejar de fumar pero quisimos buscar soluciones para reducir el impacto de las sustancias químicas que genera el tabaco en su combustión. Cuando el tabaco arde conseguimos que las sustancias que provocan que el humo sea negro se queden en el catalizador», explica Marcilla.
«Realizamos varias pruebas con la empresa y modificamos el color y la densidad del catalizador para que tuviera una mejor aceptación», afirma. De esta manera el catalizador resultante es similar a unos polvos de maquillaje y con medio gramo sería suficiente para un paquete entero.
«La ventaja principal es que se puede comercializar por separado del tabaco para que sea el propio usuario quien lo mezcle con la marca que consume de una manera muy sencilla y a un precio muy económico, ya que cada sobrecito saldría por 50 céntimos», argumenta el catedrático.
Marcilla asegura que «los efectos se notan enseguida porque al añadir el catalizador suaviza el sabor del tabaco que en el de liar suele ser más fuerte y al poco tiempo el usuario comprobará que tose menos».
El catalizador está diseñado de tal manera que es posible añadir sabores que se impregnan con las hojas de tabaco y que, pese a estar muy cuestionados, se pueden utilizar hasta el próximo 2020.