FUENTE: Las Provincias
Los accidentes vasculares son actualmente la segunda causa de mortalidad entre los enfermos de cáncer, ya que afectan a uno de cada cinco pacientes. Para evitarlos se aplican anticoagulantes que pueden provocar hemorragias graves y no en todos los casos merece la pena correr semejante riesgo, por lo que uno de los grandes retos de la oncología es identificar qué individuos tienen mayor probabilidad de sufrir trombosis.
El Hospital de Sant Pau de Barcelona y el Hospital Gregorio Marañón de Madrid han desarrollado una nueva herramienta de diagnóstico que evalúa el riesgo de trombosis en pacientes con cáncer, y que permitirá prevenir entre un 50% y un 70% de estos episodios con terapias preventivas. En el trabajo, que publica la revista 'British Journal of Cancer (BJC)' este lunes, han participado ocho hospitales y casi 400 pacientes con cáncer.
Hasta ahora, la herramienta de predicción recomendada por todos los organismos internacionales es la clasificación Khorana. La prueba incluye cinco parámetros clínicos relacionados con las trombosis: el índice de masa corporal, el tipo de cáncer, los niveles de hemoglobina y el número de plaquetas y leucocitos antes de la quimioterapia. «Queríamos desarrollar un test independiente a estos valores, ya que son muy variables», señala Antonio Muñoz, coautor del nuevo trabajo y oncólogo médico del Hospital Universitario Gregorio Marañón.
Esta nueva herramienta de medicina personalizada -TiC-Onco- incluye parámetros clínicos como el sexo, la edad, la ubicación del tumor primario, el estadio de la metástasis, el índice de masa corporal, el consumo de tabaco, los antecedentes familiares de trombosis venosa o la presencia de enfermedades como la diabetes, la hipertensión o el colesterol. Variables que combina con datos genéticos del paciente para medir el riesgo de accidente vascular.
El estudio reunió a 391 pacientes recién diagnosticados con los tumores que más riesgo de trombosis presentan: cáncer colorrectal, pulmón, páncreas, estómago y esófago, todos candidatos a quimioterapia. Los investigadores analizaron la predisposición a la trombosis venosa de los voluntarios con ambas clasificaciones, la de Khorana y la que ahora proponen como más precisa.
Al cabo de seis meses de seguimiento, un total de 71 pacientes sufrieron un accidente de estas características. La prueba de Khorana identificó como personas con alto riesgo solo a 16 de los 71, mientras que 55 voluntarios se clasificaron con un riesgo bajo y moderado por error. Sin embargo, la nueva prueba TiC-Onco detectó a 40 de ellos. «Esto es un cambio de paradigma: hemos conseguido el primer test genómico del mundo capaz de detectar el riesgo de trombosis», explica Muñoz.
«Nuestro objetivo principal es proporcionar a los profesionales de la salud herramientas eficientes para el diagnóstico y la prevención de la enfermedad tromboembólica en pacientes con cáncer», señala por su parte José Manuel Soria, director de la Unidad de Genómica del Hospital Sant Pau de Barcelona.