Un estudio de la Universidad de Washington desvela que robots rusos han «infectado» las redes sociales con mensajes contrarios a la vacunación

FUENTE: La Razón

 

La influencia de las redes sociales en la formación de la opinión pública es más que conocida. De hecho, el auge de las «fake news», la manipulación de las informaciones a través de Twitter o Facebook y las injerencias de creadores de contenidos masivos rusos en las corrientes de opinión occidentales (desde las elecciones de Estados Unidos al Brexit) han sido algunos de los temas que han marcado la agenda de los últimos años.

Lo que no se sabía es que las redes sociales, convenientemente manipuladas, también pueden poner en jaque a la salud pública. Y eso es lo que acaba de demostrar un estudio publicado ayer por expertos de la Universidad George Washington.

Según sus análisis, robots y trolls introducidos en las redes sociales por organizaciones basadas en Rusia han sido clave a la hora de instalar en la opinión pública estadounidense corrientes de opinión contrarias a la vacunación de los niños.

En el trabajo, que lleva el contundente título de «Comunicación armada», se asegura que estos bots (programas diseñados para suministrar miles de contenidos de temática sesgada y automatizados en Twitter y Facebook) han seguido una estrategia similar a la utilizada durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos para provocar movimientos favorables a Trump. Los investigadores han examinado miles de post en Twitter producidos entre julio de 2014 y septiembre de 2017 sobre el debate a favor o en contra de las vacunas. Y han descubierto que en él ha participado un gran número de cuentas inscritas en la red social que pertenecen a los mismos agentes que interfirieron o trataron de interferir en las elecciones estadounidenses. También han hallado que en contra de las vacunas hay abundancia de mensajes procedentes de cuentas especializadas en inundar la red con spam comercial o virus informáticos.

Curiosamente, todos esos actores de oscuro origen coinciden en mostrar su opinión contraria a la vacunación y desacreditadora de la opinión médica generalizada.

La mayoría de esos mensajes iban dirigidos a hilos de conversación entre ciudadanos estadounidenses. La gran mayoría de los ciudadanos de ese país están convencido de las virtudes de la vacunación pero, si se pone el foco en Twitter, da la sensación de que en la opinión pública existe un debate mucho mayor del que parece desprenderse de las actitudes de los ciudadanos. Haciendo caso solo a lo que se escribe en las redes sociales, parecería que muchos estadounidenses ponen aún en duda la necesidad de vacunar a sus hijos.

Al indagar más a fondo, los expertos han descubierto que una parte muy sustancial de los contenidos anti-vacuna proceden de cuentas oscuras. Es imposible definir exactamente el origen de cada uno de los posts pero el trabajo de campo parece confirmar que una porción muy grande de la discusión online sobre las vacunas está forzada por intereses espurios.

Por ejemplo, se puede establecer qué tipología de usuario es más propensa a retuitear contenidos anti-vacuna. Resulta que los llamados «contaminadores de contenidos» (usuarios que suelen distribuir virus, spam comercial o fake news) son un 75 por 100 más proclives a dar crédito a las teorías conspiranoicas sobre la vacunación.

Parece que un texto contra la vacunación es un gancho ideal para conseguir la atención y derivar a incautos usuarios hacia páginas comerciales o de noticias falsas.

El estudio ha desvelado, además, otra táctica de uso perverso de las redes. Se detectaron más de 250 tuits procedentes de Internet Research Agency (la empresa de sede en Rusia que ha sido relacionada con los intentos de manipular a opinión pública americana durante las elecciones o de inundar la red de mensajes a favor de Putin durante el conflicto de Rusia con Ucrania). Curiosamente, esos 250 mensajes contenían más o menos una proporción del 50 por 100 a favor y en contra de las vacunas. Lo extraño es que una empresa como esa esté tan interesada en el asunto de las vacunas... en Estados Unidos.

Los expertos creen que, en este caso, los agentes de «intoxicación mediática» han utilizado el tema popular de la vacunación para cebar otra discusiones políticas clave en la sociedad americana como pueden ser el racismo o las disparidades sociales.

La vacunación no es más que la punta de lanza para provocar discusión y división en la sociedad occidental.

El reciente aumento de los casos de sarampión en Europa es un ejemplo de cómo, un leve descenso en los niveles de vacunación infantil, puede tener nefastas consecuencias para la salud pública. Se ha detectado un aumento en la cantidad de padres que en Europa y Estados Unidos, deciden no vacunar a sus hijos siguiendo ideas falsas y mitos sobre la eficacia de la inmunización, lo cual ha tenido efectos en la salud pública.

No es fácil determinar si el auge de los «anti-vacuna» viene influido por agentes externos que manipulan la información en redes sociales. Pero lo cierto es que la salud se ha convertido en objetivo de los bots que contaminan internet.

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