FUENTE: ABC
A pesar de meses de tratamiento agresivo con cirugía y quimioterapia, alrededor del 85% de las mujeres con cáncer de ovario de alto grado de amplia diseminación tendrá una recaída, lo que conduce a un nuevo tratamiento, pero nunca a una cura. Si embargo, cerca del 15 por ciento de los pacientes, no tienen recurrencia. De hecho, la mayoría de estas mujeres permanecen libres de enfermedades durante años. ¿La pregunta que se planteaban los médicos era qué hace estas mujeres sí respondieran?
En el último número de la revista Cell, investigadores de la Universidad de Chicago (EE.UU.), el Instituto Max Plank de Bioquímica en Martinsried, Munich (Alemania), y el Centro de Investigación de Proteínas de la Fundación Novo Nordisk en Copenhague (Dinamarca), parecen haber dado con la respuesta al haber identificado un factor pronóstico independiente del cáncer -el antígeno testicular 45 (CT45)-.
El cáncer de ovario comienza en el ovario o la trompa de Falopio. A menudo es difícil de detectar en las primeras etapas. El cáncer desarrolla rápidamente resistencia a la quimioterapia y generalmente es fatal. En nuestro país, la primera causa de muerte por cáncer ginecológico en la población femenina española y la sexta en el conjunto total de enfermedades oncológicas.
El hallazgo ha sido posible gracias al emergente campo de la proteómica del cáncer. A partir de piezas de muestras de pacientes, aislaron, identificaron y caracterizaron miles de proteínas. Y la más interesante fue CT45. De esta forma, determinaron que los niveles más altos de este biomarcador estaban estrechamente relacionados con el éxito del tratamiento y los excelentes resultados del paciente.
«Creemos que este es el primer ejemplo de proteómica basada en espectrometría de masas que conduce al descubrimiento de un biomarcador de cáncer pronóstico y funcionalmente importante», explica Ernst Lengyel, de la Universidad de Chicago.
«Nuestro objetivo era encontrar biomarcadores fiables que pudieran predecir la respuesta al tratamiento», señala Matthias Mann, PhD, presidente del Instituto Max-Planck. El equipo cuantificó más de 9.000 proteínas e identificó CT45 como un factor de pronóstico independiente para pacientes con cáncer de ovario seroso de alto grado.
«A través de la espectrometría de masas podemos identificar, por primera vez, casi todas las proteínas en el tejido tumoral de los pacientes -dijo Mann-. Nuestros métodos extremadamente sensibles ahora nos permiten perfilar miles de proteínas al mismo tiempo, lo que nos permite buscar las proteínas que son críticas para la enfermedad mediante la comparación de las muestras de tejido».
Para validar sus hallazgos , los investigadores estudiaron los tejidos recogidos de más de 200 pacientes de la Universidad de Chicago. No encontraron CT45 en 82 de esas muestras de pacientes, pero sí niveles altos en 42 pacientes, que curiosamente tenían una supervivencia libre de enfermedad mucho más larga que el resto.
A continuación, llevaron a cabo un estudio más amplio, usando datos de secuencia de The Cancer Genome Atlas, trabajo que confirmó sus resultados iniciales, lo que llevó a la conclusión de que «la expresión de CT45 es un nuevo indicador pronóstico para el cáncer de ovario seroso de alto grado en estadio avanzado»
Las implicaciones clínicas de este estudio «podrían ser significativas», señalan los autores. CT45 puede ser particularmente relevante para la supervivencia a largo plazo». Este estudio, concluyen, además resalta el poder de la proteómica clínica contra el cáncer para identificar dianas para la quimioterapia e inmunoterapia y para desarrollar de terapias efectivas contra el cáncer.