FUENTE: EFE Salud
Las hemorroides son unos vasos sanguíneos que irrigan la zona del ano y el recto. Por lo tanto, “están presentes en personas sanas como parte de su anatomía normal”, señala Antonio M. Moreno García, especialista de la Fundación Española del Aparato Digestivo.
Asimismo, las hemorroides “intervienen en los mecanismos de defecación y continencia anorrectal. En este punto, ayudan a la continencia rellenando el espacio anal. También contribuyen a proteger el ano durante el traumatismo que produce una defecación normal”, describe el doctor Moreno.
No obstante, “cuando hablamos de las hemorroides o almorranas, como se conocen de forma popular, estamos haciendo referencia a la enfermedad hemorroidal, que es cuando nos encontramos ante una alteración de la función normal de estos plexos vasculares”, aclara.
“Las hemorroides de bajo grado pueden tratarse con medicamentos tópicos en forma de pomadas que contengan anestésicos locales y antiinflamatorios. En algunas ocasiones se puede aconsejar el tratamiento con venotónicos por vía oral, ya que permiten reforzar la pared de las venas”, señala Cristina Carretero, especialista de la Fundación Española del Aparato Digestivo.
No obstante, la doctora comenta que las hemorroides de mayor tamaño no suelen resolverse con estos tratamientos por lo que resulta necesario emplear “técnicas intervencionistas”. Una de ellas es la escleroterapia, que consiste en “inyectar un material irritante que produce la cicatrización de las hemorroides”, explica.
Otra técnica distinta es la ligadura con bandas, en la que “se aplica una banda elástica sobre el cuello de la hemorroide con el fin de cortar el riego sanguíneo en esa zona”, detalla.
Por último, la especialista manifiesta que la cirugía se reserva para las ocasiones en las que estos tratamientos no han resuelto el problema.
“La hemorroidectomía es una cirugía que consiste en eliminar las hemorroides mediante bisturí. Su postoperatorio suele ser doloroso y desagradable”, comenta Alfonso Serralta, cirujano del Hospital Vithas Nisa Virgen del Consuelo de Valencia (España).
El facultativo comenta que se ha desarrollado una técnica quirúrgica menos invasiva llamada HAL-RAR (Hemorrhoidal Artery Ligationand and Recto Anal Repair).
Los especialistas del hospital valenciano mencionado, en el que se aplica dicha técnica, indican que los pacientes que pueden beneficiarse de ella son aquellos que se encuentran entre los grados II y III o III y IV.
Sin embargo, dado que las hemorroides son una enfermedad muy variable dependiendo de cada paciente, aclaran que no todas las personas son candidatas al tratamiento de su problema mediante esta técnica.
La Asociación Española de Coloproctología explica que las hemorroides son el engrosamiento y descenso de un tejido que, en condiciones normales, está situado en el canal anal. “Pueden ser externas o internas. Las externas están bajo la piel del ano y las internas se localizan en la parte inferior del recto, aunque pueden protruir hacia fuera a través del ano”, detalla.
Esta entidad expone que el síntoma más frecuente de hemorroides es la emisión de sangre roja tras la defecación, ya sea sobre las heces o en el papel higiénico.
“Las hemorroides internas, si no protruyen fuera del ano, no suelen doler. Si protruyen, de forma intermitente o permanente, ocasionan molestia, picor anal o dolor. Una hemorroide interna puede ocasionar un cuadro agudo de dolor, especialmente si ha protruido y no puede regresar al interior”, describe.
Por su parte, “las hemorroides externas pueden coagularse adquiriendo el aspecto de un bulto duro, violáceo y muy doloroso en la parte externa del ano, que puede sangrar al romperse”, añade.
Asimismo, el doctor Moreno explica que las hemorroides externas son aquellas que están por debajo de la línea dentada (la zona de transición o frontera que separa la piel del ano de la mucosa del recto).
Las internas, por su parte, están por encima de dicha línea. Además, el especialista indica que las hemorroides internas pueden clasificarse en cuatro grados.
De este modo, se entiende que están en grado I cuando sangran con la defecación; en grado II, cuando se prolapsan (se salen) con la defecación y vuelven a su posición inicial tras la misma; son de grado III si se prolapsan a través del conducto anal en cualquier momento, con o sin relación con la defecación, pero se pueden reducir de forma manual. Por último, las hemorroides de grado IV se mantienen prolapsadas en todo momento y no se pueden reducir.
Las causas de las hemorroides no se conocen con certeza, pero los especialistas de la Asociación Española de Proctología subrayan que hay varios factores que pueden influir. Entre ellos están “el estreñimientocrónico o la diarrea, esfuerzos importantes durante la defecación, estar sentado en el váter durante periodos prolongados, escasez de fibra en la dieta y también el embarazo, por el aumento de la presión en el abdomen”, detallan.
Quienes padecen hemorroides deben seguir una serie de recomendaciones relativas a la dieta y a la higiene. “Una dieta rica en fibra, la ingesta abundante de líquidos (aproximadamente entre 1,5 y 2 litros al día), evitar estar más de 10 minutos sentado en el váter y evitar esfuerzos bruscos durante la defecación suelen ser medidas efectivas”.
Estos expertos también indican que “los baños de asientos pueden proporcionar algo de alivio. Hay que hacerlos con agua templada durante unos 10 minutos, cada 4 o 6 horas y tras las deposiciones”, aconsejan.