FUENTE: Las Provincias
Un estudio presentado este martes ha demostrado la fiabilidad de tres vacunas experimentales contra el ébola dos años y medio después de su administración. Según el informe, dado a conocer en la reunión anual de la Sociedad Americana de Medicina e Higiene Tropical, la respuesta inmune generada por las vacunas podría tener consecuencias más allá de la lucha contra el propio ébola, según ha dicho a investigadora Katie Ewer, quien realizó el estudio con sus colegas Matthew Snape, en el Instituto Jenner de la Universidad de Oxford y el Grupo de Vacunas de Oxford, y Emma Thomson, de la Universidad de Glasgow.
El estudio examinó la duración de la inmunidad, analizando muestras de sangre tomadas de voluntarios sanos que habían recibido uno de los tres tipos de vacunas dos años antes, según publica 'Medical Express'. «Estos resultados serán fundamentales a la hora de decidir qué estrategia adoptar para decidirse por una protección duradera, por ejemplo, en los trabajadores de la salud en áreas en riesgo continuo de brotes de ébola», dijo.
Los investigadores tienen ahora que comprobar si la persistencia de esta respuesta inmune puede mejorarse al administrar una nueva dosis de vacuna de 'refuerzo tardío' tres o cuatro años después de la inmunización inicial. Según Ewer, el análisis de las vacunas experimentales contra el ébola ha mostrado que las tres «todavía estaban produciendo una fuerte respuesta de anticuerpos a la enfermedad dos años y medio después de la inmunización, lo que es realmente una buena noticia».
Sobre una de las vacunas, desarrollada por Merck, ahora se está utilizando en la República Democrática del Congo, y ya existían pruebas preliminares de que su protección duró al menos dos años. Aunque la protección de las vacunas contra el ébola en realidad podría ser mucho más prolongada, esta es la más larga que los científicos han podido rastrear en los humanos.
La científica ha subrayado la importancia de los hallazgos «para proteger a los trabajadores de la salud en las regiones donde sabemos que existe el riesgo de nuevos brotes de ébola». Durante el brote de ébola de 2013-2016 en África occidental, el personal sanitario no tuvo la opción de vacunarse, y esa es una de las razones por las que fue tan difícil contener la propagación de la enfermedad.
Katie Ewer también ha destacado que la urgencia por el desarrollo de vacunas contra el ébola ha ayudado a generar fondos y conocimientos científicos que podrían ayudar a acelerar las vacunas contra varias otras enfermedades con un potencial de brote significativo, incluida la fiebre de Lassa, la enfermedad del virus Nipah y el síndrome respiratorio del Medio Oriente coronavirus (MERS-CoV).
«El trabajo de vacunación contra el ébola que se intensificó después del brote en África occidental produjo una explosión en el desarrollo de vacunas que podría dejarnos mucho mejor preparados para combatir otros brotes de enfermedades infecciosas», ha agregado la experta.