FUENTE: El Periódico
La migraña es una enfermedad del cerebro que afecta a un 12% de la población, lo que supone más de cuatro millones de españoles. De ellos, el 80% son mujeres, que sufren dolores de cabeza y otras molestias a lo largo de toda su vida, pero con un pico de incidencia que va de la adolescencia hasta los 55 años. Estos son los datos que arroja el 'Atlas de la Migraña en España 2018', elaborado por la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE), el Grupo de Investigación Health & Territory de la Universidad de Sevilla y Novartis y presentado este miércoles.
El estudio concluye que se tarda una media 6,4 años en diagnosticar la migraña episódica, la que ocurre menos de 14 días al mes, y 7,3 años en el caso de la crónica, cuyos episodios suceden más de 15 días al mes. El retraso puede deberse, según el neurólogo de la Clínica Universidad de Navarra, Pablo Irimia, al desconocimiento de la enfermedad entre pacientes y médicos, a la confusión de la patología con otras enfermedades, como la sinusitis o problemas infecciosos, y a la minimización del síntoma de la cefalea, que se achaca a nervios, estrés y falta de sueño.
De hecho, el Atlas, que se ha elaborado con encuestas realizadas a más de 1.200 pacientes, arroja que más de un 40% de los enfermos no consultan a un especialista porque consideran que su dolencia es común en su familia y no tiene solución. Además, de los que sí acuden al médico, la mitad abandona el tratamiento porque percibe que no reciben la información más adecuada y que la atención médica no les ayuda lo suficiente.
Nauseas e incapacidad para pensar
Aunque la migraña se confunde con el dolor de cabeza, también puede provocar náuseas, vómitos, incapacidad para pensar y para suportar luz y ruidos. Por ello, tiene un gran impacto a nivel laboral. El 24% de los encuestados con migraña crónica estuvo de baja en los últimos 12 meses y el 63,8% asegura que este problema afectó a su rendimiento y concentración en el trabajo. De hecho, el 24,6% de los que ha perdido su trabajo considera que fue por culpa de la enfermedad y el 28% opina que no asciende por la misma causa.
El Atlas también radiofrafía el impacto familiar y social y concluye que un 85% de los pacientes asegura haberse perdido eventos sociales y más del 70% eventos familiares. Además, el 68,4% de los enfermos afirma que su cónyuge o familiares también se ven afectados.