FUENTE: La Razón
Un estudio publicado por la Asociación Estadounidense de Psicología revela que el porcentaje de jóvenes estadounidenses que experimentan ciertos tipos de trastornos de salud mental ha aumentado significativamente en la última década.
No se ha detectado un aumento en la misma línea entre la población más adulta, lo que sugiere que la causa del empeoramiento de la salud mental en los más jóvenes está relacionado con un cambio cultural y de estilo de vida.
Los investigadores han descubierto que, finales de esta década, los adolescentes y los adultos jóvenes sufren graves trastornos psicológicos, depresión o pensamientos e intentos suicidas en mayor medida que a mediados de la década de los 2000. Recomiendan dormir lo necesario, cuidar las relaciones interpersonales cara a cara y no dejar de hacer ejercicio, informa Tendencias 21.
Los datos
Los investigadores analizaron datos de la National Survey on Drug Use and Health, una encuesta representativa a nivel nacional que ha rastreado el uso de drogas y alcohol, la salud mental y otros problemas relacionados con la salud en personas a partir de 12 años en Estados Unidos desde 1971. Para este estudio, el equipo observó los datos recogidos por la encuesta de de más de 200.000 adolescentes de entre 12 y 17 años de 2005 a 2017, y casi 400.000 adultos de 2008 a 2017.
La tasa de individuos con síntomas relacionados con un trastorno depresivo mayor en el último año aumentó un 52 por ciento en adolescentes desde 2005 y un 63 por ciento desde 2009 en adultos jóvenes de 18 a 25 años. Esto supone que se situó en el 13,2 por ciento en 2017 en los dos rangos de edad.
También hubo un aumento del 71 por ciento en los adultos jóvenes que experimentan un malestar psicológico grave en los 30 días anteriores, de 2008 a 2017, alcanzando el 13,1 por ciento. También entre los adultos menores de 25 años aumentó la tasa de personas con con pensamientos suicidas, aumentando un 47 por ciento de 2008 a 2017 y superando el 10 por ciento en ese año.
No hubo un aumento significativo en el porcentaje de adultos mayores con depresión o trastornos psicológicos durante los períodos de tiempo correspondientes. Los investigadores observaron incluso una leve disminución de la angustia psicológica en personas mayores de 65 años.
Redes sociales y relaciones interpersonales en la adolescencia
«Las tendencias culturales en los últimos diez años pueden haber tenido un mayor efecto sobre los trastornos psicológicos y los resultados relacionados con el suicidio entre las generaciones más jóvenes en comparación con las mayores», señala en un comunicado la doctora Jean Twenge, profesora de Psicología en la Universidad Estatal de San Diego.
Twenge cree que esta tendencia puede deberse en parte al mayor uso de la comunicación electrónica y los medios digitales, que pueden haber cambiado los modos de interacción social lo suficiente como para afectar los trastornos del estado de ánimo. También señaló que las investigaciones muestran que los jóvenes no duermen tanto como lo hacían en generaciones anteriores.
Según Twenge, el aumento en el uso de los medios digitales puede haber tenido un mayor impacto en los adolescentes y adultos jóvenes debido a que las vidas sociales de los adultos mayores son más estables y podrían haber cambiado menos que las de los adolescentes en los últimos diez años.
Los adultos mayores son menos propensos que los adolescentes a quedarse despiertos hasta tarde con sus teléfonos o a usarlos en el medio de la noche. Los medios digitales están interfiriendo en el sueño de los más jóvenes.
«Estos resultados sugieren la necesidad de una mayor investigación para comprender cómo la comunicación digital, frente a la interacción social cara a cara, influye en los trastornos del estado de ánimo y los resultados relacionados con el suicidio” apunta Twenge. Así, se podrán “desarrollar intervenciones especializadas para grupos de edad más jóvenes».
Soluciones
Dado que el aumento en los problemas de salud mental fue más acusado a partir de 2011, Twenge cree que es improbable que se deba a problemas genéticos o económicos. La causa es más bien un conjunto de cambios culturales repentinos, como en la forma en que los adolescentes y adultos jóvenes pasan su tiempo libre.
Según Twenge, es una buena noticia porque “los jóvenes no pueden cambiar su genética o la situación económica del país, pero pueden elegir cómo pasan su tiempo libre”.
“Lo primero y lo más importante es dormir lo suficiente”, señala Twenge. Aconseja asegurarse de que el uso de los dispositivos móviles no interfiera en el sueño, manteniendo los teléfonos y tabletas fuera el dormitorio por la noche, y dejándolos de utilizar una hora antes de irse a dormir.
En general, el uso de los medios digitales no debería interferir en las actividades más beneficiosas para la salud mental, como la interacción social cara a cara, el ejercicio y el sueño.