FUENTE: El Mundo
«Ni riesgo de cáncer ni síndrome de abstinencia», asegura Santiago Palacios, presidente de la Fundación Hispana de Osteoporosis y Enfermedades Metabólicas óseas (Fhoemo), ante la alarma generada por un informe de la Fundació Institut Català de Farmacologia sobre el denosumab, principio activo de Prolia, un fármaco contra la osteoporisis, por producir «dependencia y síndrome de abstinencia, además de cáncer».
Este medicamento origina además fracturas vertebrales múltiples cuando los pacientes dejan de tomarlo. Palacios lo explica: «Se trata de un medicamento reversible: en el momento en que se suspende el tratamiento, la persona deja de estar protegida y vuelve a tener el mismo riesgo de fractura que las personas que no toman el fármaco».
Amgen, la farmacéutica de Prolia, explica que «cuando se interrumpe este tratamiento sin terapia de continuación, la densidad mineral ósea recupera los niveles previos al tratamiento. Las pacientes dejan de estar protegidas y las tasas de fractura recuperan niveles similares a los de las pacientes que nunca han recibido tratamiento».
Este hecho lo recogían ya dos artículos de revistas científicas, una de ellas Current Osteoporosis Reports. Ambas, por lo tanto, recomendaban que este anticuerpo monoclonal fuera utilizado como un tratamiento de segunda línea. Y de hecho, así es en la práctica clínica.
En palabras de Santiago Palacios, la opción primera son los bisfosfonatos, en forma de comprimidos que se pueden tomar semanal o mensualmente. «Sólo en los casos en los que los pacientes no cumplen con el tratamiento, si les produce molestias gastrointestinales o si pasado un tiempo continúan con alto riesgo de fracturas, cambiamos a denosumab», explica. Al administrarse por vía subcutánea, supone una inyección cada seis meses y esto «se traduce en un mejor cumplimiento». En la actualidad, agrega, este medicamento «es ampliamente utilizado en España» pero a diferencia de hace unos años, es que ahora se «consideran las vacaciones terapéuticas». Si a los tres o cinco años el paciente presenta un riesgo menor de fractura, se plantea un descanso. A los dos años, el médico examina de nuevo el caso y decide si la persona volverá a medicarse o no.
En cuanto a otros riesgos relacionados con dependencia o cáncer, los expertos afirman que no hay evidencia científica ni necesidad de alarmar. En esta misma línea, Amgen apunta: «No existe un incremento del riesgo de cáncer con Prolia, según concluye la Agencia Europea de Medicamentos (EMA)».