FUENTE: La Razón
El cáncer es un problema sanitario de primera magnitud en los países occidentales. Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2017, los nuevos casos de cáncer en España fueron 228.482 y para 2035 se estima que habrá 315.413. En números absolutos, se afirma desde la SEOM, España es uno de los países europeos en los se diagnostican más tumores. Sin embargo, puesto que contamos con una de las mayores esperanzas de vida del mundo, si comparamos la incidencia y mortalidad ajustadas por edad, la incidencia y la mortalidad en Europa se homogenizan.
Si bien es cierto que la investigación contra el cáncer avanza, los especialistas apuntan la necesidad de trabajar en programas de educación sanitaria en aras de hacer frente a la enfermedad. En este sentido, cada día se conoce mejor los factores de riesgo de desarrollar cáncer: tabaco, alcohol, dieta, obesidad, infecciones, genes y factores ocupacionales y ambientales, por lo que se han ido desarrollando medidas legislativas, programas de vacunación y campañas de concienciación/educación, encaminadas a disminuir la incidencia de la enfermedad.
“Sin embargo”, afirma Vicente Guillem, jefe del departamento de Oncología del Instituto Valenciano de Oncología y responsable de Oncología del Hospital Vithas Nisa 9 de Octubre, “todo esfuerzo en este sentido es poco y es necesario mejorar la inversión en salud pública para prevenir la enfermedad mediante programas de educación sanitaria y acciones administrativas. Hay que conseguir disminuir el consumo de tabaco y la obesidad, aumentar la vacunación de del VPH (virus del papiloma humano) y de la hepatitis e identificar factores genéticos de susceptibilidad de desarrollar la enfermedad”.
Respecto al tabaco, el Guillem es tajante: “No podemos permitir que la gente se siga matando. El tabaco está detrás del 60% de los fallecimientos por cáncer; se relaciona con ocho tumores, no sólo de pulmón. Además, son precisamente los tumores con más capacidad de mutar y, por ello, los más resistentes a cualquier tratamiento”.
Falsas creencias en torno al cáncer
En los últimos años, han aparecido nuevos hábitos que han producido cambios importantes en nuestra sociedad. Distintas voces asocian algunos de estos cambios con el incremento de algunos casos de cáncer (por ejemplo, el hecho de llevar el móvil cerca de algún punto del cuerpo, la exposición continua a redes wifi o a antenas de telefonía móvil, el incremento en la oferta de productos alimenticios con grasas trans, la exposición dilatada en el tiempo a cuadros de estrés grave, etc.). En este sentido, explica Guillem, “son innumerables los temas que se han relacionado con el cáncer, sin embargo, son pocos en los que se ha evidenciado una relación directa. No existe, hasta la actualidad ningún estudio epidemiológico riguroso que relacione la telefonía móvil o las redes wifi con un aumento de la incidencia de cáncer”.
“Sin embargo -añade-, cada día hay más evidencia de que cuadros de estrés graves pueden afectar el desarrollo del cáncer, al provocar mecanismos inflamatorios con la consiguiente producción de sustancias que actuarían como promotoras de un proceso neoplásico”. Por último, recalca Guillem, “me gustaría insistir en que el tabaco, la obesidad y los virus son los tres factores más importantes causantes de cáncer y responsables de más de la mitad de ellos, y por tanto es donde mayores esfuerzos debemos hacer”.