FUENTE: Correo Farmacéutico
La Alianza másnutridos -creada por la Sociedad Española de Nutrición Clínica y Metabolismo (Senpe) y la Fundación Abbott y en la que participa el Consejo General de COF- ha editado, en colaboración con la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), la monografía “Hacia la desnutrición cero en residencias de ancianos y centros de día”. El objetivo es concienciar sobre la importancia de detectar este problema y minimizar su impacto y prevalencia.
Así, los autores proponen en este documento detectar la situación de riesgo nutricional partiendo de la sensibilización y formación de los profesionales y el establecimiento del cribado nutricional de forma universal y obligatoria en todos los centros residenciales. De esta forma, se podrá identificar a los pacientes con déficit nutricional e iniciar una evaluación nutricional completa para poder establecer el diagnóstico, clasificar la gravedad de la desnutrición y definir un plan terapéutico. “Los profesionales de salud implicados en la atención directa del paciente deben realizar el cribado periódicamente, coincidiendo con el Plan de Atención Individualizada (PAI) semestral y proceder a registrar el cribado en la historia clínica del paciente para promover protocolos de actuación, monitorizar los cuidados y evaluar los resultados en salud”, defiende Miguel León, presidente de la Alianza másnutridos.
Federico Cuesta, geriatra especialista en nutrición y miembro del Equipo de Liderazgo de la SEGG, insiste en que es recomendable realizar un despistaje de desnutrición en el que se detecta a los sujetos en riesgo, con el objeto de realizar una valoración nutricional más profunda y, así, detectar las causas, punto de partida para plantear una intervención nutricional.
Para esa valoración nutricional, el documento menciona los siguientes parámetros que se deben tener en cuenta:
Seguimiento, registro y valoración de resultados
La monografía también hace hincapié en la monitorización del tratamiento recomendado a los pacientes con desnutrición, con el fin de “que permita corregir aspectos relacionados con la posible ineficacia terapéutica en cada caso, como errores, falta de cumplimiento, tolerancia, seguridad, etc.”, reza el texto. Respecto a la valoración de resultados, apuesta por un análisis “en términos de eficacia, efectividad y eficiencia en resultados en salud y siempre con criterios de la calidad” y apuesta por un seguimiento “individualizado cada 7 o 15 días“.
Infradiagnóstico
La desnutrición relacionada con la enfermedad es uno de los problemas más prevalentes en la población anciana y un factor de riesgo para el desarrollo de dependencia y la presencia de cuadros de comorbilidad, fragilidad y aumento de la mortalidad. Según la Alianza másnutridos y la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), “La desnutrición está infradiagnosticada en este grupo de edad y alcanza el 28,4% de los ancianos en residencias, el 40% de los hospitalizados y hasta el 56% de los que están en centros de larga estancia, frente al 7,8% de los mayores no institucionalizados“.