FUENTE: El Mundo
El desarrollo de las canas del pelo, proceso conocido científicamente como canicie o acromotriquia, puede acelerarse por el estrés agudo persistente o el trauma severo. Un ejemplo típico con el que especulan los historiadores es el de María Antonieta, que despertó con el cabello blanco el día que iba a ser guillotinada, en plena Revolución Francesa de 1793.
"Durante mucho tiempo se ha dicho que el estrés hace que el cabello se vuelva blanco, pero hasta ahora no había una base científica para esta creencia", asegura Thiago Mattar Cunha, del Centro de Investigación sobre Enfermedades Inflamatorias (CRID) de la Universidad de São Paulo, Brasil, que ha realizado un trabajo, que hoy publica Nature, en colaboración con el grupo de Ya-Chieh Hsu, profesor de Biología Regenerativa en la Universidad de Harvard, Estados Unidos, y que ha demostrado que este fenómeno sí ocurre. Además, se han identificado los mecanismos involucrados y una forma de interrumpir el proceso de pérdida de color del cabello debido al estrés.
El hallazgo se ha producido de forma fortuita al experimentar fármacos contra el dolor en ratones con pelaje oscuro a los que se administró una sustancia llamada resiniferatoxina para activar un receptor expresado por las fibras nerviosas sensoriales e inducir un dolor intenso. Cuatro semanas después de la inyección con esta sustancia, se observó que el pelaje de los animales se había vuelto completamente blanco". El experimento se repitió varias veces hasta que los investigadores concluyeron que el fenómeno se debía realmente a la aplicación de resiniferatoxina, un compuesto químico producido de forma natural por la Euphorbia resinífera, planta similar a un cactus originaria de Marruecos, y por la Euphorbia poissonii, procedente del norte de Nigeria. Esta sustancia es además un análogo natural ultrapotente de la capsaicina.
PELIGRO INMINENTE
El objetivo era demostrar que la pérdida del color del pelaje era resultado del estrés inducido por el dolor. "El sistema nervioso simpático se ve directamente afectado por el estrés. Esta división del sistema nervioso autónomo consiste en nervios que se ramifican desde la columna vertebral y se extienden por todo el cuerpo. Controla la respuesta de "lucha o huida" del organismo al peligro inminente, desencadenando la liberación de adrenalina y cortisol para que el corazón lata más rápido, el aumento de la presión arterial, la respiración se acelere y las pupilas se dilaten, entre otros efectos sistémicos", explica Cunha.
En la investigación, también se ha demostrado que la administración de otras sustancias es capaz de controlar la pérdida del color del pelo. "Después de inyectar resiniferatoxina en los ratones, los tratamos con guanetidina, un antihipertensivo que controlar las neurotransmisión a través de fibras simpáticas, observándose el bloqueo del proceso de pérdida de color del pelaje", según el investigador.
El impacto perjudicial del estrés es, según los investigadores, importante, ya conlleva a la pérdida de todas las células madre que regeneran el pigmento en pocos días, considerándose que el daño es permanente.
"El estrés agudo, en particular la respuesta de lucha o huida, se ha considerado tradicionalmente beneficioso para la supervivencia de un animal. Pero en este caso, el estrés agudo causa el agotamiento permanente de las células madre", señala Bing Zhang, coautor del estudio.
Es muy probable que otros sistemas del organismo se vean afectados por el estrés intenso de manera similar al bulbo del folículo piloso. "No sabemos con certeza cuáles son las implicaciones", dijo Cunha, quien adelanta que ya se están estudiando los efectos de la actividad simpática en otras subpoblaciones de células madre.