FUENTE: El Periódico
Catalunya ha pasado de realizar tres trasplantes al día a solo siete en el último mes (cuando dio comienzo el estado de alarma por la pandemia de coronavirus), según la Organització Catalana de Trasplantaments (OCATT). Además, los pacientes con infartos están llegando tarde a las urgencias de los hospitales porque muchos tienen miedo del virus y esperan en casa demasiado. Y lo mismo ocurre con los ictus: al Hospital Vall d'Hebron de Barcelona están llegando con 30 minutos de retraso con respecto al año pasado. En este centro, como en otros muchos, se están suspendiendo las mamografías de prevención del cáncer y, por tanto, bajando los diagnósticos en esta área. La covid-19 tiene tan absorbido el sistema sanitario, que pacientes con otras patologías también se están viendo afectados. Pero los médicos insisten: los servicios siguen funcionando y es importante no bajar la guardia.
"Los donantes, para hacer extracciones de órganos, tienen que estar en ucis, que en estos momentos están saturadas y por tanto hay un alto riesgo de infección", explica Jaume Tort, director de OCATT. "Por eso estamos intentando priorizar a aquellos pacientes en lista de espera que están en una urgencia clínica. Pero es una gestión caso por caso", dice. "Por suerte, como los dos últimos años hemos trasplantado a un nivel altísimo, ahora tenemos una lista de espera para órganos vitales muy baja".
En el caso de aquellos pacientes que no están tan graves, se opta por demorar el trasplante porque el hospital constituye estos momentos un riesgo para los más débiles. "Solo hay una excepción y es con los trasplantes pediátricos, que seguimos haciéndolos", explica Tort, quien añade que en toda España la situación es "similar" a la de Catalunya, autonomía (al igual que Madrid) donde todo es "más complejo" por la elevada presión asistencial.
Más ictus graves y tarde
"Cada vez más los pacientes con ictus leves se quedan en casa al ver que no empeoran. Ojo, el leve es el preludio de un ictus grave. Está habiendo más ictus graves y llegan tarde al hospital, algo que antes no pasaba", señala Carlos Molina, Jefe de la Unidad de Ictus de Vall d'Hebron. "El ictus, aunque sea leve, es una emergencia sanitaria. Y, como tal, hay que llamar al 112 ante cualquier síntoma. Los sistemas en los hospitales están totalmente operativos para patologías urgentes que no son covid-19".
Los médicos son conscientes del "temor" al contagio. "En Vall d'Hebron la zona covid-19 está muy delimitada con la que no lo es. El riesgo de contagio es cero. Estamos preparados y los pacientes también deben poner de su parte", tranquiliza Molina, quien subraya que hay "otras patologías" que no se deben dejar de atender. El mismo recuerda que nadie debe abandonar sus tratamientos de prevención de ictus e infarto de miocardio, ni dejar de hacer ejercicio en casa o de mantener la dieta.
Con los infartos ocurre algo muy parecido: la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha registrado una reducción del 40% en el tratamiento del infarto durante el estado de alarma. "Y los casos que llegan lo hacen muy tarde: estamos viendo unos infartos que hacía años que no veíamos. La gente espera mucho en casa antes de venir al hospital", apunta Marta Sitges, la directora del Instituto Clínico Cardiovascular (ICCV) del Hospital Clínic de Barcelona. "Pero en absoluto hemos dejado de atender. Seguimos teniendo equipos dedicados a estos pacientes. En el ICCV tenemos 40 camas de uci: ocho de ellas no son covid-19".
Oncólogos reclutados para el virus
También la pandemia está afectando a los pacientes con cáncer. "Hay más visitas telefónicas y estamos viendo qué tratamientos se pueden aplazar. El hospital de día de Vall d'Hebron está convertido en una planta para covid-19. Hay menos recursos y más riesgo, los oncólogos han sido reclutados para la pandemia", cuenta Meritxell Bellet, oncóloga de la Unidad de Cáncer de Mama del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO). Según Bellet, hay que "justificar" las pruebas radiológicas que se piden y, en el caso del cáncer de mama, no se están haciendo muchas tomografías axiales computerizadas (TAC), sino que los médicos se guían por los marcadores del cáncer.
"La prevención, como las mamografías, está parada. Y, como no hay este estudio poblacional, no se diagnostican los casos, por lo que baja la incidencia de casos no palpables", relata esta oncóloga. Aunque se siguen haciendo quimios y radioterapias, los médicos valoran mucho el "riesgo-beneficio" de cada paciente: esto es, si se pone en riesgo su seguridad al exponerlos al contagio dentro del hospital. "Se está operando menos, al menos en cáncer de mama. Se está manteniendo alguna cirugía semanal, pero se ha limitado mucho el número de quirófanos [muchos están convertidos en ucis] y la cosa va a cuentagotas".
Lo certifica también Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). "Influye mucho la disponibilidad de quirófanos, pues la covid-19 ha paralizado la actividad quirúrgica en hospitales, lo que afecta en un porcentaje altísimo a algunos pacientes y tumores, si bien depende de cada hospital. Pero, para algunos pacientes, la cirugía es el único tratamiento", destaca. Ello pese a que retrasar una quimioterapia no tiene por qué suponer un "riesgo" y algunas cirugías se pueden posponer mientras se realizan otros tratamientos, como quimios o terapias dirigidas. Siempre sin perder oportunidades, pero minimizando riesgos. Cada decisión, tomada por comités multidisciplinares, está muy ajustada a cada paciente.
Una paciente: "Le tengo respeto al virus"
Blanca Medir, de 45 años, fue diagnosticada en el 2018 de una leucemia mieloide aguda. Tras superar la enfermedad, en junio del año pasado tuvo una recaída. Actualmente recibe diversos tratamientos para que el cáncer remita de nuevo y poder ir a un trasplante de médula ósea. "Está todo parado. Ahora toca esperar y ver cómo evoluciona la enfermedad. No sería un buen momento hacer un trasplante ahora, a no ser que fuera de vida o muerte", dice esta barcelonesa.
Medir continúa yendo tres veces al hospital para recibir plaquetas y sangre. "Trasladarme tiene su riesgo porque hay virus en los hospitales". Asegura tenerle "respeto" al coronavirus ("estoy súper baja de defensas", dice), pero también "confiar" mucho en los médicos.
"Lo que se recomienda es no iniciar quimioterapias potencialmente inmunodepresoras en pacientes con infecciones previas o contacto con covid-19. Pero se están aplazando solo los tratamientos que no son vitales", explica Teresa López-Fando, psicooncóloga de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) de Barcelona. "Con la prevención es lo mismo: somos conscientes de que hacer salir a la gente para programas de cribado es peligroso. Pero el sistema está trabajando para retomarlo todo cuando la situación se regularice".
López-Fando recuerda que los servicios de la AECC siguen funcionando las 24 horas. ¿Teme que aumente la mortalidad en pacientes oncológicos? "Esto no los dirá el tiempo. No sabemos aún qué incidencia tendrá este parón, pero esperemos que el impacto no sea muy grande", concluye.