FUENTE: ABC
Después de clonar, marcar y expresar 26 de las 29 proteínas del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, en células humanas e identificar las proteínas humanas asociadas con cada una de ellas, un equipo internacional ha identificado 69 compuestos farmacológicos, algunos ya aprobados para otras enfermedades, que podría convertirse en el tratamiento para COVID-19. Los agentes farmacológicos que mostraban actividad antiviral más prometedora son: inhibidores de la traducción de ARNm y reguladores de los receptores Sigma1 y Sigma.
Los datos desvelados hoy en « Nature» muestran más de 300 interacciones de proteínas involucradas en infecciones del SARS-CoV-2, de las cuales alrededor de un quinto sirven como dianas para medicamentos ya existentes. En el estudio, en el que participado el investigador español Adolfo García Sastre, codirector del Global Health & Emerging Pathogens Institute y del Icahn School of Medicine at Mount Sinai en Nueva York, se afirma que algunos de los medicamentos que pueden actuar sobre estas proteínas han demsotrado tener acción antiviral en pruebas de laboratorio.
Estos hallazgos, señaló en rueda de prensa Nevan Krogan, de la Universidad de California (EE.UU.) sugieren que hay potencial para desarrollar tratamientos para COVID-19 al reutilizar medicamentos que ya están aprobados o bajo investigación para otras afecciones.
En un segundo paso, probaron un subconjunto de estos agentes para identificar dos grupos que tenían actividad antiviral en experimentos de laboratorio, aunque, advierten, todavía no han realizado pruebas en individuos con SARS-CoV-2.
Hay potencial para desarrollar tratamientos para COVID-19 al reutilizar medicamentos que ya están aprobados o bajo investigación para otras afecciones
Los agentes antivirales actuaron a través de dos mecanismos: bloquearon la traducción de proteínas (un proceso clave para la replicación viral) o se dirigían a receptores específicos (Sigma1 y Sigma2) para interrumpir la replicación del virus.
Entre los primeros, Krogan se refirió a zotatifin, un potente inhibidor in vitro del SARS-CoV-2 que ya esta en fase I, o plitedpsin (Aplidina) el medicamento que la compañía española Pharmamar está probando en un estudio en estudio multicéntrico para evaluar el perfil de seguridad y la eficacia en pacientes con Covid-19 que precisen ingreso hospitalario en el que participan tres hospitales de la Comunidad de Madrid.
Antihistamínicos, como la cloperastina o clemastina; antipsicóticos, como el haloperidol; antipalúdicos, como la hidroxocloroquina; hormonas, como la progesterona; ansiolíticos, como el siramesina, u otros que están en fase preclínica
En cuanto a los que se dirigen a los receptores específicos (Sigma1 y Sigma2) para interrumpir la replicación del virus, Krogan señaló algunos de los más significativos: «antihistamínicos, como la cloperastina o clemastina; antipsicóticos, como el haloperidol; antipalúdicos, como la hidroxocloroquina; hormonas, como la progesterona; ansiolíticos, como el siramesina, u otros que están en fase preclínica que son prometedores, como el PB28 o el PD144418».
Además comentó que los fármacos que interactúan con los receptores Sigma1 y Sigma2 también pueden tener atacar al virus desde diferentes mecanismos, algo que para este investigador es muy relevante porque, señaló, «sabemos que hará falta una terapia combinada, desde distintos abordajes, como la combinación con antivirales como remdesivir, para acabar con el coronavirus».
Los expertos creen que los conocimientos sobre los mecanismos de infección por SARS-CoV-2 en humanos y la identificación de dianas farmacológicas tienen el potencial de guiar nuevas vías terapéuticas para el tratamiento de COVID-19. Además, reconocieron que todo este conocimiento científico que se está generando gracias a la colaboración estrecha entre instituciones permitirá abordar en mejores condiciones posibles COVID-22 o COVID-24.