FUENTE: 20 Minutos
Hace algunas décadas, las episiotomías (corte realizado en el tejido perineal en el momento del expulsivo para ensanchar la salida vaginal y evitar desgarros) eran una práctica rutinaria en casi todos los partos. Por suerte, esto ha cambiado y, aunque todavía se practican con demasiada frecuencia, en la actualidad las recomendaciones son que sólo se realicen en los casos en los que se sospeche que pueda haber un desgarro que afecte al ano o a su esfínter o a la musculatura rectal, los que conocen como desgarros de grados III o IV.
Si se sospecha que el desgarro puede ser de grados I y II, es decir, que afecta a la piel y a la mucosa vaginal o a la musculatura perineal no haría falta. Y es que, a pesar de que sea creído durante años, la episiotomía generalizada ni previene los desgarros, ni cura mejor ni previene el daño cerebral en los niños, como apuntan en la web, El Parto es Nuestro Es más, podría ser incluso más perjudicial realizar una episiotomía que un desgarro de grado leve, pues puede provocar dolor en la relaciones sexuales posteriores (dispareunia) y, a largo plazo, defectos en el suelo pélvico.
Cómo cuidarlas para evitar complicaciones
Si después del parto de ha producido un desgarro o se ha tenido que practicar una episiotomía, algo más común en las primíparas (madres primerizas), ambas heridas requieren de un cuidado especial, pues en los dos casos será necesario realizar puntos de sutura para reparar y mejorar la cicatrización. Estos cuidados son básicamente los mismos, así como las molestias que ocasionan y el tiempo de recuperación. Según la Guía Los Consejos de tu matrona, elaborado por la Asociación Española de Matronas, para que sanen correctamente se debe:para que sanen correctamente se debe:
Si no hay ninguna complicación, tras 7 o 10 días, las heridas deberían sanar y cicatrizar correctamente.
También puede ayudar tomar algún tipo de laxante o elevar el consumo de fibra y agua para evitar el estreñimiento y facilitar la expulsión de las heces y que se produzcan menos molestias en la zona.
Estos consejos no son los mismos si se produce un desgarro de grado III o IV, que comprometa el músculo alrededor del ano o el recto. Se trata de problemas más complejos que requerirán un tratamiento postoperatorio mas específico.
En cualquier caso, habría que acudir al médico si el dolor aumenta, si la herida sangra o parece abrirse o si se produce un olor desagradable.
Cómo se previenen
Para reducir las posibilidades de desgarros y episiotomías, durante el embarazo las matronas aconsejan actuar en dos frentes: