FUENTE: La Razón
El doctor Juan Pedro Fernández Corbelle, director del Centro Médico Prevensalud, especializado en Nutrición, explica porqué es importante dejarse guiar por profesionales para perder los kilos cogidos durante el confinamiento.
-¿Hay mucha diferencia entre las llamadas “dietas milagro” y las que se prescriben en un centro de salud?
-A ver, las que se prescriben en un centro de salud normalmente son solamente las dietas clásicas hipocalóricas, ¿no? Y hay más sistemas. Existen dietas que se pueden manejar que son algo disociadas, algo más hiperproteicas, distintas de las hipocalóricas clásicas y, por así decirlo, balanceadas, aunque lo balanceado nunca adelgaza. Pero luego están las “dietas milagro” que es querer vender la burra, en el sentido de que si tomas esto adelgazas mucho más y ojalá fuese tan sencillo. Cada persona es diferente, hay que estudiar la historia clínica de cada paciente y valorar si tiene antecedentes diabéticos o no porque responderá mejor a unas dietas, si ha perdido muchas veces o no, si ha hecho muchas veces dietas, porque el que hace muchas veces dieta pierde peor... Generalizar es muy complicado.
-Los pacientes se quejan de que tanto las “dietas milagro” como las de centros de salud sirven para un tiempo, pero luego se vuelve a lo mismo...
-Está claro que la persona que tiene que perder 3 o 4 kilos, con que se cuide un poquito lo tiene fácil. El problema es cuando hay que quitar 10 kilos. Y si nos ponemos a hablar de más kilos, donde a veces hasta se requieren reducciones de estómago, pues es completamente distinto. (Aunque yo he tenido a personas a las que sin cirugía les hemos quitado 40 y 50 kilos, pero claro, para eso hay que tener mucho tesón). Pero personas que quieren quitarse 10, 15 kilos, eso ya no es tan fácil como 3 o 4 kilos. Estas son personas que ya tienen una tendencia a engordar. Una persona que tiene tendencia a engordar tiene que asumir que puede ser por genética, por malos hábitos o por muchas circunstancias, pero que se va a tener que cuidar de por vida. ¿Por qué? Porque la obesidad, vamos a decir que sería de un grado 1 o grado 2, que es un poco un grado intermedio, es una enfermedad crónica. Y lo crónico en medicina no se cura, se controla.
-Bien, queda claro que estamos hablando de personas con obesidad, que tienen que operarse, además de hacer dieta y de personas con mucho sobrepeso, pero, ¿y las qué han cogido 4 o 5 kilos en el confinamiento? ¿Pueden recurrir a las dietas milagro que ven en las revistas?
-¡Que ni se les ocurra!
-¿Por qué?
-Porque lo que van a hacer es perder muy rápido restringiendo y con eso se van a desequilibrar entonces. Y ¿qué ocurre? Que se empieza a producir el efecto yo-yo. Porque luego quieren volver a comer como comían antes y muchos vuelven a rebotar y suben por encima de donde habían bajado esos 4 o 5 kilos. Lo coherente es pensar lo que hemos hecho en el confinamiento: Si hemos comido más dulce, menos verdura y menos fruta, menos ejercicio o deporte... Entonces lo que hay que hacer para perder esos 4 o 5 kilos (si solo son 4 o 5) es recuperar el ejercicio, sin exagerar para no lesionarse, hacer cinco comidas, restringir platos ricos en hidratos como paellas o pasta, meter mucha verdura, mucha carne, mejor a la plancha y mucho pescado que además es un aporte de varios nutrientes para prevenir que, si estamos en contacto el COVID no enfermemos rápidamente. Hay micronutrientes como la vitamina D, el zinc o el selenio que son inmunomoduladores, que van a hacer que podamos responder mejor al Covid-19 y que además son ricos en Omega 3 que son antiinflamatorios naturales que compensan el proceso inflamatorio del Covid-19. Estos nutrientes abundan fundamentalmente en el pescado. Entonces yo haría que quienes han cogido 3 o 4 kilos, pues además, metan entre horas mucho cítrico. En definitiva, que coman verduras, ensaladas, mucho pescado, algo de carne y todo a la plancha. Con eso van a ir perdiendo alrededor de medio kilo a la semana y en un mes de habrán quitado lo que les sobra. Con las dietas milagro igual lo bajan en una semana o semana y media pero luego casi seguro que tienen efecto rebote.
-De todos modos, como usted decía antes, no se puede generalizar porque cada paciente es un mundo, ¿no?
-Ahí está. He hecho una generalización, pero no es lo mismo para un varón que para una mujer, no es lo mismo para un varón joven que para un varón por encima de los 50. Es un poco diferente. Y también, por ejemplo, no me estoy planteando que en ninguno de los casos que estoy hablando hay un diabético, por ejemplo, o un hipertenso que requiere una dieta mucho más específica.
-Hay que decir también que alguna de esas “dietas milagro” tan famosas pueden ser peligrosas, ¿no?
-A ver alguna sí, pero más que peligrosas en general son peligrosas en particular. Por ejemplo la dieta Dukan que estuvo muy de moda, la de proteínas, tiene su explicación, porque funciona. Entonces, en una persona sana que nunca ha hecho dieta y la utiliza poco tiempo seguramente no vaya a pasar nada, pero si la hace un diabético, le van a pegar unas hipoglucemias que se va a morir... El problema es cuando se quiere hacer dieta y se coge la del vecino sin tener en cuenta los factores de cada uno, pues casi todo el mundo tiene algo: problemas digestivos, problemas intestinales, problemas de hipertensión, de colesterol... Y por eso hay que adaptar la dieta a cada uno. Y las dietas milagrosas pues también pueden ser mortales si se utilizan mal.
-Para potenciar la buena salud en tiempos de dieta, también es importante la vitamina D, ¿no?
-Así es. Por eso es muy importante que la gente tome el sol para que se cargue de vitamina D, que el pescado, por cierto también lleva, pero luego hay que transformarla en activo para que funcione bien y nos proteja del Covid-19. Pero el sol es imprescindible aunque no haya que tomarlo con cuidado de no quemarse ni de que nos produzca melanomas y el mejor sea el de por la mañana o el del atardecer. Eso forma parte de más que dieta de comer, dieta de salud.
-¿Y -en cuanto a las bebidas?
En las dietas es muy importante la ingesta de agua. Cuando se está perdiendo peso, conviene superar entre 2 y 3 litros de agua al día.
-¿Aunque no tengas ganas de beber?
-Aunque no tengas ganas de beber. Porque cuando estás perdiendo vas a ir generando residuos de lo que estás quemando de grasa y conviene eliminarlos por riñón filtrándolo bien. No hay que beber y aguachinarse y beber 5 litros, pero en periodo de adelgazamiento conviene llegar por lo menos a los dos litros diarios, distribuido durante todo el día.