FUENTE: Diario Médico
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad relativamente que afecta a entre el 0,3 y el 1% de la población, lo que significa que actualmente habría en el mundo entre 100 y 200 millones de enfermos. En España, la prevalencia es del 0,5% de la población adulta, con lo cual habría, en total, más de 200.000 afectados. Cada año se diagnostican unos 10.000-20.000 nuevos casos, según datos de la Confederación Nacional de Artritis (ConArtritis).
Laly Alcaide, directora de esta asociación de pacientes, destaca que las personas con una enfermedad crónica como es la artritis reumatooide deben seguir un tratamiento farmacológico de por vida, "y en muchas ocasiones les surgen dudas sobre la interacción con otros medicamentos y suplementos así como dudas por las comorbilidades que provoca, como al sequedad ocular y bucal y el mal descanso". Por todo ello, afirma que el farmacéutico comunitario, como profesional sanitario, puede ser una buena fuente de asesoramiento para resolver estas cuestiones.
En todo el proceso de la enfermedad, tanto en los momentos asintomáticos como en los brotes, el farmacéutico hospitalario también acompaña al paciente para explicarles en las consultas de atención farmacéutica todo lo relacionado con la medicación. Como explica Teresa Gramage Caro, del Servicio de Farmacia del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, en las consultas de Pacientes Externos a los enfermos con AR se les dispensan fármacos biológicos de administración parenteral (abatacept, anakinra, adalimumab, certolizumab, etanercept, golimumab, infliximab, rituximab, tocilizumab) y oral (baricitinib, tofacitinib). Además de la dispensación, el farmacéutico hospitalario "refuerza y amplía la información facilitada por el médico acerca de la indicación del tratamiento, posología, modo de administración, interacciones, efectos adversos y conservación del medicamento. También se facilita información relativa al riesgo de infecciones, interrupción del tratamiento en caso de cirugía, vacunación, embarazo y lactancia".
Esta información es oral y escrita y en la hoja informativa se incluyen horarios y teléfonos para contactar con el farmacéutico en caso de que surjan dudas en el domicilio. Gramage también resalta los consejos higiénico-dietéticos que transmiten: "Se recomienda la realización de ejercicio adecuado de forma regular, combinado con un descanso adecuado. También se deben seguir horarios rutinarios, una alimentación equilibrada y saludable y realizar una higiene dental adecuada así como evitar situaciones de estrés emocional, ya que se ha visto que pueden actuar como desencadenantes de brotes". Abandonar el tabaquismo es otra de las recomendaciones, "ya que, además de ser perjudicial, resta efecto a los tratamientos biológicos". Según la farmacéutica especialista, desde la botica se pueden reforzar estas pautas saludables y, como propone Alcaide, que tengan siempre en mente los consejos sobre conservación de la medicación. "Es muy importante saber cómo se debe conservar la medicación en los casos que se necesite mantenerse en frío e insistir en que no pueden estar expuestas a la luz". Como informó ConArtritis en su día en una campaña de educación sanitaria, "al inicio de cualquier tratamiento con fármaco biológico subcutáneo se le da al paciente la bolsa isotérmica correspondiente para su transporte en frío y las bolsas de gel para su mantenimiento”.
Saber pincharse
Cuando el paciente tiene que administrarse un fármaco subcutáneo, la AF hospitalaria también contempla explicaciones sobre "cómo preparar la medicación, cuáles son las zonas adecuadas de inyección, cuáles son las pautas de limpieza y desinfección de la zona de administración y el modo de administración de la inyección o pluma", especifica la experta. En concreto, las pautas que transmiten, según Gramage, son:
Administración oral
En el caso de los fármacos orales, la farmacéutica especialista recuerda que, en el caso de tofacitinib, se debe tomar un comprimido cada 12 horas, con suficiente cantidad de líquido. "Si se tiene dificultad para tragar, se puede triturar los comprimidos y tomarlos con agua". Este medicamento puede tomarse con o sin alimentos y, si se omite una dosis, "se debe administrar la siguiente dosis a la hora habitual. Nunca se debe tomar una dosis doble".
En cambio, baricitinib "debe tomarse un comprimido una vez al día, entero, sin masticar, partir o machacar y puede tomarse con o sin alimentos". Y si se omite una dosis, "se debe tomar la que se ha olvidado cuanto antes (salvo que se haya olvidado de la dosis durante todo un día), y administrar la siguiente a la hora habitual". Como con el anterior fármaco, nunca se debe tomar una dosis doble.
Interacciones y efectos secundarios
Es importante que el farmacéutico comunitario sepa que estos tratamientos "no presentan un perfil de interacciones importantes", como subraya la profesional del Ramón y Cajal, "pero se debe tener precaución con la administración conjunta de otros inmunosupresores y de vacunas atenuadas, por el riesgo aumentado de infección". Respecto a las interacciones con los alimentos, Gramage asegura que no existen.
Sobre los efectos secundarios -infecciones bacterianas o víricas, erupción cutánea, prurito, reacciones en el lugar de inyección, sensación de fiebre, dolor de cabeza, cansancio, molestias gastrointestinales e hipertensión arterial-, hay que explicarlos para que el paciente "los pueda detectar en caso de aparición", dice la experta, pero añade que hay que matizar que "no aparecen en todos las personasque toman este medicamento". En cualquier caso, hace hincapié en que decirles que "no suspenda el tratamiento sin antes comunicarle al médico la aparición de cualquiera de ellos para que él los solucione".
Para prevenir las molestias gastrointestinales, desde farmacia hospitalaria (y también pueden recordarlo desde comunitaria) recomiendan ingerir el medicamento con comida. "Si hay pirexia o ERGE aconsejamos la toma de IBP y si se sufre diarrea, dieta blanda y la loperamida con precaución".
En el caso de los inyectables, "para evitar las reacciones locales y el dolor en el lugar de la administración, recomendamos atemperar el medicamento, rotar los puntos de administración y no masajear la zona después de la administración", continúa.
Más consejos para el paciente con artritis reumatoide: "Tener al día el calendario de vacunación y minimizar la exposición a lugares con alta incidencia de enfermedades, como hospitales o países con epidemias".
Errores frecuentes
Incluso con toda la información que se da desde el hospital, Alcaide reconoce que los pacientes comenten errores con frecuencia relacionados con la administración de los medicamentos, de ahí que desde la botica se haga un seguimiento para erradicarlos.
Así, la portavoz de los pacientes menciona que un error habitual es "no sacar la medicación de la nevera unos minutos antes para que se temple un poco, ya que si está muy fría puede doler".
"Otro error -continúa- es suspender la medicación porque se encuentran bien, pues piensan que ya no le hace falta y, precisamente, están mejor porque siguen un tratamiento; en el momento en que lo suspendan, surgirá el brote y será mucho más complicado volver a controlar la enfermedad".
Tampoco se lleva siempre a cabo, "aunque parezca evidente, "evitar las bebidas alcohólicas cuando se está siguiendo un tratamiento farmacológico".
Transmitir tranquilidad
Para Alcaide, es importante que desde la botica digan a los pacientes con AR "que estén tranquilos y sean positivos porque hoy en día disponemos de muchas alternativas farmacológicas que permiten convivir con la enfermedad teniendo una buena calidad de vida".
Y es que con señala, son muchas las preocupaciones que tienen cuando se les diagnostica la enfermedad, como por ejemplo, "saber si va a ser necesario seguir con un tratamiento farmacológico de por vida, los efectos secundarios de los medicamentos, si la enfermedad puede llegar a destruir sus articulaciones, si podrán seguir con su vida como lo hacían hasta ahora sin que afecte a su trabajo, estudios, ocio, pareja, etc".
Derivación desde comunitaria
Un farmacéutico comunitario debe tener claros los criterios de derivación al médico y que describe Gramage: "Cuando se detecte que la enfermedad no esté controlada, ante la aparición de efectos adversos importantes o en los que el paciente solicite alguna información que desde la oficina de farmacia no se pueda facilitar".
Más coordinación
En lo que se refiere al Ramón y Cajal, la farmacéutica especialista confirma que ellos no cuentan con un programa de coordinación con farmacia comunitaria para atender a estos pacientes, pero "pero sería muy bueno para el paciente poder desarrollarlo", reconoce.
Los pacientes con esta enfermedad retiran la medicación en el hospital donde se le explica cómo tomarla, pero desde la botica se pueden recordar las medidas higiénico-dietéticas que necesitan.