Las intoxicaciones producidas por los alimentos tienen lugar cuando se comen alimentos contaminados por microorganismos, y se caracterizan por ser frecuentes y prevenibles. Anualmente, la Organización Mundial de la Salud (OMS), declara miles de casos de personas enfermas dados por la contaminación de alimentos producida por microorganismos. A pesar de las declaraciones dadas, se estima que solo se conoce el 10% de los casos reales.
Independientemente de la procedencia de cada persona, cualquiera puede sufrir una intoxicación alimentaria, ya que existen numerosas circunstancias que favorecen la contaminación de alimentos. Sin embargo, algunos grupos como adultos mayores de 65 años, niños menores de 5 años, mujeres embarazadas y personas con sistemas inmunitarias debilitados (diabéticos, enfermedades hepáticas, VIH/SIDA o cáncer), son más susceptibles de tenerlos.
Normalmente, la intoxicación alimentaria va asociada a algunos síntomas generales como son la diarrea, vómitos, dolor en el estómago e incluso náuseas. Pero en situaciones más graves, estos evolucionan hasta producir fiebre alta, sangre en heces, diarrea con una duración superior a los tres días, vómitos con mayor frecuencia que desencadenan deshidratación por lo que la persona enferma siente la boca y garganta secas y mareos tras la incorporación (hipotensión ortostática).
Errores en la preparación de alimentos
La higiene alimentaria engloba la destrucción de todas las bacterias perjudiciales, cuerpos extraños o tóxicos que puede contener el alimento, con la que se previene la multiplicación de estas bacterias para prevenir la enfermedad y controlar cualquier alternación en el alimento. Prevenir errores en la preparación de los alimentos es un punto clave ya que, son muchos los errores que cometemos en la preparación de alimentos que pueden derivar en una intoxicación alimentaria.
Se aconseja seguir estos sencillos pasos para mantener la seguridad alimentaria para prevenir intoxicaciones:
Alimentos más susceptibles a contaminación
La conservación y la forma de consumir algunos alimentos es un punto crucial para evitar intoxicaciones, ya que algunos alimentos son más susceptibles a ser contaminados que otros, que en general, engloba a aquellos productos obtenidos de los animales. Entre los diferentes tipos de microorganismos que pueden favorecer la contaminación de alimentos y las consecuentes enfermedades derivadas por estos, encontramos los patógenos, toxigénicos y alteradores (saprófitos). Los patógenos, hace referencia a las bacterias y virus capaces de infectar a una persona como algunas de las especies de la bacteria Salmonella spp. En cambio, los toxigénicos son las toxinas procedentes de bacterias, como por ejemplo Clostridium botulinum y los alteradores son los causantes de las alteraciones producidas en algunos alimentos.
Los alimentos de origen animal, sin cocinar, destacan especialmente:
En cambio, los alimentos de origen vegetal, tanto frutas como verduras, aunque están menos asociadas con enfermedades, estas también pueden contaminarse antes de ser recolectadas o durante el procesamiento.
Se debe tener un especial cuidado, durante en la manipulación de la comida, ahora que se acerca el verano ya que, de lo contario los microorganismos pueden proliferar en los alimentos. Cuando vayas de excursión, fundamentalmente a lugares con mayor humedad y altas temperaturas, no lleves alimentos que precisen refrigeración y lávate bien las manos antes de comer. En caso de que al observar un alimento presente un aspecto dudoso y tienes desconfías sobre si el alimento puede estar contaminado, es preferible eludirlo. Además, si presentas los síntomas típicos y sospechas que es debido a la ingestión de un alimento, acude a tu profesional sanitario.
FUENTES: