Sí, ya han llegado las vacaciones, y con ellas, las ganas de bañarse. No importa si es en el río, playa o piscina, siempre que se disfrute y vayamos con cuidado, pero ¿cómo hacerlo sin poner en riesgo nuestra salud auditiva?
La otitis es la inflamación del oído originada generalmente por infecciones bacterianas o micóticas. La más habitual durante la temporada estival, sobre todo en niños, es la otitis externa aguda (OEA) - comúnmente conocida como otitis del nadador o bañista-.
Esta otitis, en el 90% de los casos, se origina por la proliferación de flora bacteriana habitual debido al calor del verano sumado a los restos de agua que puede quedar en el oído externo.
Otros factores de riesgo asociados a la aparición de otitis externa aguda son:
También cabe destacar que las personas con un conducto auditivo estrecho o largo, así como aquellas que presentan enfermedades dermatológicas (eccema, dermatitis seborreica, psoriasis, acné y piel atópica) tienen un mayor riesgo a sufrir la OEA.
Síntomas
La OEA se caracteriza por una aparición rápida (24-48 horas) de los síntomas, entre los que podemos encontrar:
Medidas preventivas
La protección auditiva dependerá del tipo de actividad que se vaya a realizar, precisando una mayor protección cuando se practiquen deportes acuáticos como el submarinismo (en cualquiera de sus modalidades) o en persona que sufran otitis recurrentes (niños, por ejemplo).
El cuidado de los oídos pasa invariablemente por una correcta higiene: únicamente debe limpiarse la parte más externa de la oreja, evitando introducir bastoncillos o líquidos en el conducto auditivo, a no ser que un profesional sanitario lo prescriba.
En el caso probable que tengamos agua en los oídos, debemos secarlos adecuadamente con una toalla, ladeando la cabeza para facilitar la salida de agua del conducto auditivo.
Como hemos comentado antes, prevenir la entrada de agua en el oído es fundamental, por ello se aconseja la combinación de tapones a medida junto con bandas de neopreno que cubran las orejas cuando se va a permanecer mucho tiempo en el agua.
Las bandas de neopreno de alta densidad aíslan el oído durante el baño y evitan que los tapones se salgan del mismo. Además, mantienen la temperatura del oído, evitando que las aguas más frías, puedan producir un dolor temprano no asociado a otitis.
Los tapones a medida ofrecen una protección total frente a la entrada de agua, pero se debe tener en cuenta varios aspectos:
En definitiva, siguiendo estas sencillas recomendaciones, evitaremos la aparición de la otitis. También es importante recordar que, una otitis externa detectada y tratada a tiempo es difícil que se complique, por ello no hay que demorarse en acudir a la consulta cuando se noten los primeros síntomas.
FUENTES: