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Padecer dolor de cabeza es un síntoma o afección neurológica muy frecuente, de hecho, más de la mitad de la población asegura sufrir cefaleas de manera habitual. Dentro de las cefaleas -donde se incluye cualquier tipo de dolor de cabeza-, encontramos varios tipos. Las más comunes son las tensionales y lasmigrañas, afecciones que, aunque pueden compartir alguna característica y ambas pueden llegar a ser muy incapacitantes, son fácilmente diferenciables.
La cefalea tensional es mucho más común, y ambas son más comunes en mujeres
Según datos de la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE), las cefaleas son tensionales afectan alguna vez al 70% de la población, mientras que las migrañas están presentes en entre el 12 y el 15%, sobre todo entre las mujeres, que la padecen el triple que los hombres, y de manera más habitual. La cefalea tensional también está más presente en mujeres y aparece en la segunda década de vida mientras que las migrañas suelen aparecer en la adolescencia e intensificarse entre los 25 y los 55 años. Se calcula que uno cuatro millones de personas en España tienen un diagnóstico de migraña.
Distinto origen
Las causas que provocan ambas afecciones son muy distintas. La cefalea tensional tiene un origen muscular, es decir, que suele aparecer porque los músculos de algunas zonas, como el cuello, la cara, algunas zonas de la espalda, etc. se tensan debido a malas posturas, estrés, ansiedad… la tensión en estas zonas provoca tensión en los músculos del cráneo, y se produce el dolor de cabeza. Es por eso que las cefaleas tensionales aparecen con frecuencia tras un largo día de trabajo o en épocas de estrés o ansiedad. La migraña, en cambio, es una afección puramente neurológica y, aunque su origen no está del todo claro, se sabe que ocurre cuando los nervios se sobreexcitan y los vasos sanguíneos del cerebro se dilatan.En ambos casos hay circunstancias que los pueden desencadenar, como episodios de estrés, algunos alimentos, la cafeína, factores hormonales, no dormir bien, estímulos visuales o ruidos, fármacos, etc.
Dolor de distinta intensidad y en diferentes zonas de la cabeza
Las cefaleas tensionales también pueden ser muy intensas e incapacitantes, pero esto ocurre con mucha más frecuencia en las migrañas. De hecho, según la OMS, la migraña es la 8ª enfermedad más incapacitante. Además, mientras que la cefalea suele ser difusa -aparecer en varias zonas de la cabeza-, con una sensación de presión y puede ser de mayor o menor intensidad, el dolor de la migraña es intenso, punzante, palpitante y se suele producir en un lado de la cabeza. También es diferente la duración, muy variable en la cefalea tensional, que puede durar desde media hora hasta unos siete días. Las migrañas, también varían entre las cuatro horas y los dos o tres días, pero el dolor es siempre intenso, algo que no ocurre con las tensionales.
La migraña se acompaña de otros síntomas
Una de las mejores maneras de diferenciar una cefalea tensional de una migraña es observar los síntomas que acompañan a esta última, que suelen ser intolerancia a la luz (fotofobia), a los sonidos (fonofobia) y a los olores (osmofobia), además de lagrimeo, náuseas y vómitos. En caso de las migrañas con aura (que son alrededor del 30% de estas), pueden aparecer también destellos, hormigueos en manos y lengua o dificultades para hablar. En las cefaleas tensionales, el ruido y la luz intensa pueden molestar, pero nada comparado a lo que provocan en las migrañas. Además, después de una migraña suele suceder lo que conoce como “resaca migrañosa”, una serie de síntomas que continúan una vez finalizado el episodio, como debilidad, pérdida de apetito o fatiga.
Tratamientos muy dispares
Puesto que tienen causas muy distintas, también es distinta la manera de tratar estos dos tipos de cefaleas. En algunos casos, si la migraña es leve, ambas cefaleas pueden calmarse con analgésicos o antinflamatorios, pero lo habitual es que el tratamiento de la migraña sea más específico y complejo y siempre deber ser recetado por un neurólogo. Se trata de tratamientos que alivian los síntomas y en algunos casos, pueden hacer que los episodios sean menos frecuentes y más leves, pero en ningún caso las curan. Entre los tratamientos encontramos triptanes, antieméticos, betabloqueantes, neurmoduladores, antidepresivos, antihipertensivos o calcioantagonistas entre otros. Además, estos medicamentos deben estar acompañados de cambios en el estilo de vida, como evitar el estrés, dormir bien y evitar algunos alimentos, consejos que también son de utilidad en caso de las cefaleas tensionales. En estas últimas, además de los analgésicos, si la cefalea es muy intensa o crónica, hay veces en los que los relajantes musculares o los ansiolíticos también son de utilidad, pero siempre deberán tomarse bajo estricto control médico
Además de las migrañas y las cefaleas tensionales, existen, como indica la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE), otros distintos tipos de dolores de cabeza, mucho menos frecuentes, pero que también pueden confundirse con estos:
•Cefaleas secundarias. Este tipo de cefaleas no son una patología en sí, sino el síntoma que acompaña o alerta de otras enfermedades, como infecciones de todo tipo, sinusitis, bajadas de tensión, tumores, alteraciones del metabolismo, epilepsia y un largo etcétera. Suelen ir acompañadas de otros síntomas como fiebre, dolores musculares y representan alrededor de un 10% del total de las cefaleas.
•Cefalea en racimos. Representan el 3% de las cefaleas y se dan sobre todo en hombres. Se caracteriza por un dolor punzante que aparece de noche, que se da siempre en el mismo lado de la cabeza alrededor del mismo ojo y puede estar acompañado de sensibilidad a la luz y lagrimeo. A menudo se confunde con la migraña, pero los episodios son más cortos.
•Cefalea sexual. Suele presentarse en hombres en el momento de mantener relaciones sexuales. Suele ser muy breve y dolorosa y se asocia a personas con antecedentes de otras cefaleas, como la cefalea tensional o la migraña.
•Cefalea hípnica. Se trata de un dolor punzante que aparece durante el sueño en ambos lados de la cabeza. Suele darse en personas de más de 50 años y puede generar hipersensibilidad a la luz (fotofobia) o al sonido (fonofobia).
•Cefalea tusígena. Se produce al realizar esfuerzos como toser, reír, estornudar o defecar y permanece durante minutos u horas de forma menos intensa. Afecta a la parte frontal de la cabeza o a la nuca.
•Cefalea por esfuerzo físico. Aparece al practicar un esfuerzo físico y puede durar días. También se puede dar a consecuencia del calor, el consumo de alcohol o la hipoglucemia.
•Cefalea punzante. Se trata de un dolor punzante en la parte frontal o en la zona de los oídos, agudo y de pocos segundos de duración, pero que se repite de manera irregular.
•Cefalea diaria persistente de novo. Muy parecida a la tensional, se trata de un dolor opresivo de intensidad leve o moderada que pude llegar a durar hasta tres meses.
La gran mayoría de los dolores de cabeza, incluso las migrañas, son benignos, pero, ante la presencia de cefaleas persistentes, sobre todo si empiezan de manera repentina, es recomendable acudir al médico para descartar patologías graves.