FUENTE: El Mundo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se reúne hoy en Ginebra para decidir si el virus Zika constituye una emergencia de salud pública internacional (PHEIC, según sus siglas en inglés). La última vez que se declaró esta situación fue en agosto de 2014 por la extensión del ébola. Desde que en mayo de 2015 Brasil declaró su primer caso de Zika, esta infección se ha propagado ya a 22 territorios de América Latina y el Caribe, a un ritmo mucho mayor de lo esperado.
La rápida propagación es una de las preocupaciones de la OMS (que ya ha hablado de «riesgo extremadamente alto» y «profunda preocupación»), pero no la única. La sospecha (aún no confirmada) de que esta infección está detrás de miles de casos de malformaciones congénitas en recién nacidos brasileños desconcierta a los científicos, que nunca se habían enfrentado a un patógeno con tal capacidad de producir una malformación en el feto. Además, la OMS recuerda que la falta de inmunidad de la población y la ausencia de vacunas preventivas o tratamientos eficaces podría elevar el número de afectados hasta los cuatro millones de personas.
El Zika es una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti que sólo causa síntomas en uno de cada cuatro infectados. Sin embargo, además de los casos de microcefalia en recién nacidos, empieza a crecer la preocupación también por la relación de esta infección con un raro síndrome neurológico denominado Guillain Barré.
Con todos estos elementos de incertidumbre sobre la mesa, la OMS tendrá que decidir si declara un estado de emergencia internacional, que conlleva que los países afectados declaren la emergencia nacional y tengan sus sistemas sanitarios listos para un previsible aumento de casos.
De momento, las recomendaciones que lanzan desde este organismo, así como desde su hermano latinoamericano, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), tienen como objetivo prioritario proteger a las embarazadas, para evitar que sus descendientes nazcan con microcefalia, el principal defecto congénito causado por el virus en el feto. Mientras ocho países latinoamericanos recomiendan a sus ciudadanas que pospongan el embarazo en la medida de lo posible, la OPS ha solicitado un mayor acceso a anticonceptivos en la región.
También EEUU desaconseja a las gestantes viajar a una veintena de países. Está por ver si el comité de este lunes de la OMS incluye alguna medida con respecto a los viajes internacionales.
De momento, desde el terreno científico, la perspectiva de una vacuna capaz de prevenir la infección parece todavía lejana, pese a que este fin de semana se ha puesto de manifiesto la colaboración entre Brasil y EEUU, cuyos presidentes (Dilma Rousseff y Barack Obama) han abordado telefónicamente su preocupación por el virus. En algunas ciudades brasileñas, las autoridades tratan también de combatir al Aedes aegypti con mosquitos transgénicos, que transmiten a su descendencia un gen letal, que les impide llegar a la edad adulta y, por tanto, picar a los humanos. Sin embargo, aunque la medida se ha traducido en una reducción de larvas del 82%, existen algunas voces críticas contra la medida por los posibles efectos colaterales que puede tener.