Sigue una buena higiene bucal para disfrutar de una boca sana

Uno de los miedos más comunes y extendidos en la actualidad es acudir a la consulta del dentista. ¿Será por miedo a que nos pregunten si nos hemos estado lavando los dientes o que nos digan que tenemos una caries? Sea por el motivo que sea, nada debería impedirnos ir al dentista. Si tememos que nos den alguna mala noticia, lo podemos remediar tan solo manteniendo una buena salud bucodental.

 

Rutina higiene bucal

Nuestra boca contiene una gran cantidad de bacterias, algunas de ellas flotan en el medio líquido (saliva), mientras que otras están adheridas a las superficies duras (dientes, prótesis o implante) que forman la placa o biofilm dental, principal responsable de muchas de las enfermedades que se producen en la boca.

La rutina de la higiene bucal debe realizarse de 2 o 3 veces al día, y siempre después de cada comida. La rutina de higiene bucal se divide en los siguientes pasos:

  • Cepillado de dientes con un cepillo dental adaptado a las necesidades (ver blog cepillos dentales: ¿cuáles se adaptan mejor a tus necesidades?). Cuando se trata de un cepillo manual, la posición del cepillo debe ser perpendicular (aproximadamente 45º) a los dientes, realizando un movimiento suave de vaivén tanto por la cara visible de los dientes como la cara interior, así como en los dientes superiores e inferiores. El cepillado debe durar al menos 2 minutos.
  • En cuanto a la pasta dentífrica, hay que indicar que deben tener mínimo 1.450 ppm de flúor a partir de los 6 años, que ayudará a evitar la desmineralización del diente y frenar las bacterias que lo destruyen. En el caso de padecer una alteración, como gingivitis o sensibilidad dental, se seleccionará una pasta dentífrica específica con otros compuestos para mejorar su condición.
  • Hacer uso de la seda dental y cepillos interdentales o interproximales. Estos últimos se emplean cuando la separación entre los dientes requiere una herramienta adecuada para garantizar el cuidado de la boca y la seda dental no es suficiente, como por ejemplo en ortodoncia, pacientes con periodontitis e implantes.
  • Mantén una lengua sana. Revisa tu lengua a diario para comprobar que tiene un tono rosado sin manchas ni lesiones. Raspa la lengua suavemente con un limpiador lingual después del cepillado.
  • Usar un colutorio o enjuague bucal. Al igual que los dentífricos, cada colutorio es específico para una alteración bucal. No debes enjuagarte la boca ni beber nada hasta medio hora después de utilizarlo para que sea efectivo.

Al igual que los dientes definitivos, los dientes de leche también deben llevar una rutina de higiene bucal, por ello es importante introducir estos hábitos en las fases tempranas para aplicarlos sin ningún problema en la edad adulta. Los primeros dientes conviene limpiarlos con una gasa húmeda. Al año y medio, el cepillo dental debe ser pequeño, con puntas redondeadas, suaves y sin pasta dental. Según vayan saliendo los dientes, adaptaremos el cepillo en función de las necesidades. El cepillado de dientes deben realizarlo los padres hasta que los niños sean capaces de hacerlo por sí solos (aproximadamente 6 años).

 

Recomendaciones para una sonrisa sana

Para la salud bucodental es primordial mantener unos dientes sanos. Por ello es importante prestar atención al color y la integridad de las piezas dentales.

En la actualidad existen sistemas de blanqueamiento dental para clarear el color marrón-amarillento a tonos más claros, esto no quiere decir que no debamos evitar aquellos alimentos o situaciones que manchan los dientes. Para cuidar el tono de los dientes debemos comprender las causas del oscurecimiento de los dientes. Las manchas endógenas son aquellas que afectan a los dientes en su fase de formación, causadas por el consumo de algunos medicamentos (tetraciclinas), defectos en el esmalte, deficiencias vitamínicas o fluorosis (exceso de flúor). Por otro lado, las manchas exógenas son las que se producen al estar en contacto con agentes pigmentantes como: vino, té, café, vinagre, refrescos, gaseosas, bebidas azucaradas y energéticas, tabaco, colutorios y pastas dentífricas con clorhexidina. Por ello, debemos limitar el consumo de estos alimentos y aumentar aquellos que no manchan los dientes: frutas, verduras o lácteos.

Mantener el diente íntegro y sano depende en gran medida de la disminución del consumo de azúcares. Los alimentos ricos en azúcares -conocidos como cariogénicos- influyen en la producción de caries, ya que son utilizados por ciertas bacterias para dejar un residuo ácido que deteriora el diente. Con el fin de evitar las caries, debemos identificar aquellos que empeoran nuestra salud.

Los alimentos cariogénicos comparten características comunes como la consistencia. Cuando tienen una consistencia considerable, los hace más adherentes a las superficies de la boca como los dientes y dificulta su eliminación. Es preferible comer este tipo de alimentos durante las comidas ya que, de esta forma, la saliva y los propios mecanismos de autolimpieza (flujo salival, movimientos masticatorios, de la lengua y carrillos) facilitan la eliminación de la comida de la boca. En cambio, si se come entre horas, así como con mucha frecuencia, estos mecanismos de autolimpieza disminuyen y resulta más difícil de eliminar. Debemos destacar que no todos los alimentos tienen el mismo potencial de cariogenicidad, el cual varía según la composición y el tipo de azúcar que contenga el alimento (sacarosa, glucosa, fructosa…). En cambio, otros azúcares como el sorbitol y el xilitol no son cariogénicos -al no ser utilizados por los microorganismos y no ser transformados en productos ácidos- y resultan beneficiosos al incrementar el flujo salival y el pH.

Algunos alimentos cariogénicos que debemos evitar:

  • Chicles, caramelos y golosinas azucaradas
  • Mermeladas
  • Bollería industrial, tartas y pasteles
  • Cereales y galletas con azúcar
  • Bebidas azucaradas (refrescos, zumos, colas…)
  • Fruta en almíbar
  • Helados

Los alimentos sustitutivos pueden ser:

  • Frutos secos: cacahuetes, avellanas, almendras, nueves… (siempre procurando que no estén fritos o contengan sal evitando el sobrepeso, obesidad e hipertensión arterial).
  • Zanahorias
  • Frutas como manzana y cerezas
  • Dulces o chicles sin azúcar (pueden contener sorbitol y xilitol)
  • Zumos naturales sin azúcar

 

Salud bucodental y covid-19

A lo largo de la pandemia hemos podido experimentar sensación de boca seca, mal aliento o manchas en los dientes, que atribuimos al uso de mascarilla. Nada más lejos de la realidad, el uso de mascarilla no ha provocado estos cambios, si no que los hemos detectado ahora. Es por ello que, para no sentirnos incómodos, debemos mantener una higiene bucal y asegurarnos de que las medidas de protección no sean un incordio en nuestro día a día.

Es recomendable desechar el cepillo de dientes en caso de haber padecido Covid-19 o sospeches de ello ya que si el cepillo contiene virus y bacterias se incrementa las probabilidades de contagio entre las personas con las que convivimos y compartimos baño.

 

Revisión anual

Por último, recuerda consultar a un profesional siempre que notes cambios en el aspecto de tu boca o experimentes dolor en alguna de las piezas dentarias, así como de realizar visitas periódicas -al menos una vez al año- al odontólogo para revisar tu salud bucodental, especialmente tras meses de confinamiento en los que ha sido imposible acudir al dentista.

 

FUENTES:

  1. Salud bucodental. Organización Mundial de la Salud (OMS), marzo 2020.
  2. BLOG Cepillos dentales: ¿cuáles se adapta mejor a tus necesidades. Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (MICOF).
  3. Guía para profesionales. Programa de promoción de la salud bucodental. Consejería de educación, Consejería de salud y bienestar social. Junta de Andalucía.
  4. E Casals i Peidró. Guía de formación. Campaña mes de la salud bucal II.
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