FUENTE: ABC
Diversos estudios han demostrado, desde 2006, que la obesidad mórbida se asocia con un deterioro de la memoria inmediata y reciente. Ahora, investigadores del CIBEROBN dirigidos por José Manuel Fernández-Real, y del Institut de Recerca Biomèdica de Girona (IDIBGI) acaban de publicar en la revista «Cell Metabolism» los resultados de un estudio que relaciona la memoria inmediata y reciente con la presencia de ciertas bacterias intestinales, conocidas como microbiota intestinal.
En la investigación han participado un total de 130 personas, entre obesas y no obesas. En todas ellas se han analizado diferentes metabolitos en plasma además de la microbiota intestinal. También se les han realizado diferentes pruebas cognitivas y se ha medido el volumen de determinadas áreas cerebrales implicadas en la memoria (el hipocampo y la corteza prefrontal) a través de resonancia magnética.
Este estudio evidenció que las personas con obesidad mórbida, que tenían menor memoria reciente, también tenían en la circulación sanguínea menos triptófano, un aminoácido aromático que resulta básico para la «síntesis» de neurotransmisores.
Por otro lado, la producción de algunas vitaminas depende de las bacterias de la microbiota. Las personas con obesidad tenían determinadas bacterias que metabolizaban la vitamina B1 en paralelo a la disminución de memoria inmediata y reciente. Además, se observó que las personas con obesidad tenían un hipocampo más pequeño, área relacionada con la memoria; y que su tamaño se asociaba a la presencia de determinadas bacterias de la microbiota intestinal.
Posteriormente, se hicieron ensayos con ratones, que recibieron un trasplante de microbiota fecal de los pacientes para valorar cómo afecta la presencia de ciertas bacterias intestinales a la memoria reciente de los roedores. El resultado fue contundente y evidenció que el trasplante de bacterias presentes en pacientes con obesidad mórbida hace disminuir la puntuación de memoria de los ratones.
Dado que la dieta habitual de los sujetos se asocia a la presencia de determinadas bacterias intestinales, todos estos resultados abren la puerta al desarrollo de dietas individualizadas que científicamente puedan mejorar el rendimiento cognitivo y la memoria.
«El descubrimiento pone en evidencia interesantes conexiones entre la composición de la microbiota intestinal y el rendimiento cognitivo y contribuye a comprender mejor el diálogo metabólico entre nuestro cerebro y las bacterias que conviven con nosotros», según Fernández-Real.
Para Rafael Maldonado, de la Universitat Pompeu Fabra, «la posibilidad de cambiar rasgos de memoria en ratones mediante el trasplante de microbiota humana destaca el potencial interés de modificar la microbiota con finalidades terapéuticas en pacientes obesos con alteraciones cognitivas».
En el estudio, además de los investigadores gerundenses liderados por José Manuel Fernández-Real, han colaborado profesionales del CIBERESP de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, Universidad de València y Fundación FISABIO.