FUENTE: Las Provincias
Lo último que habíamos visto en las oficinas del siglo XXI eran ejecutivos en zapatillas reunidos en una sala con billar, o discutiendo la próxima inversión recostados en cómodas hamacas de estampados tropicales, o lanzándose por un tobogán, a ver si le daban un impulso a esa idea que se había atascado... Y lo próximo que veremos serán oficinas 'sin sillas'. Trabajar de pie no es una modernez como lo del tobogán, es una cuestión de salud. La lucha actual contra el sedentarismo pasa (también) por incorporar el movimiento a nuestra rutina de trabajo, a nuestro horario laboral: 5 minutos de pie y 55 sentados. Eso para empezar. «Lo ideal sería moverse cinco minutos cada media hora e ir ampliando el tiempo de pie hasta alcanzar las dos horas diarias», propone la doctora Mónica Coccoz, especialista en medicina del deporte, veinte años dedicada al desarrollo de programas de ergonomía para grandes empresas y autora del libro 'La vida de pie y en movimiento' (Obelisco). Asegura que el hábito de esta nueva forma de trabajo se adquiere «en veintiún días» y que la idea sería progresar «hasta hacer la mitad de la jornada de pie».
Una persona que trabaja sentada se levanta para ir a por café, al baño, a recoger unos papeles a la impresora y poco más. La doctora Coccoz sugiere hacer una lista de tareas laborales para hacer de pie: «hablar por el móvil, atender a un compañero que viene a hacerte una consulta, leer el correo electrónico, incluso documentos y libros si consigues concentrarte en esa posición». Se está pasando, incluso, a hacer reuniones de pie, lo que favorece no solo la circulación, sino la economía de tiempo porque en ese formato es más difícil que la reunión se alargue innecesariamente. «Las reuniones son la columna vertebral de la jornada laboral de muchos sectores o profesiones. E incorporar movimiento en las reuniones es una de las propuestas de la Universidad de Harvard para mejorar su eficacia y aumentar la productividad». La sugerencia de la especialista es reunirse de pie «si el encuentro, ya sea físico o virtual va a durar menos de una hora» o hacerla sentados si se alarga de ese tiempo pero «incorporando en medio una pausa de entre cinco y diez minutos para moverse». El siguiente 'salto' son «las reuniones breves de caminata», que se celebran con sus participantes «paseando por alguna zona de la oficina o cerca de ella». «Quienes lo hacen así aseguran que ayuda a crear un diálogo más honesto y productivo».
Trabajar de pie ocho horas es muchísimo peor que hacerlo sentado: «Es más agotador, ya que requiere un 20 % más de energía y ejerce mayor presión sobre el sistema circulatorio, las piernas y los pies. Trabajar de pie es problemático para personas con problemas circulatorios y cardíacos y también aumenta los riesgos de várices», advierte la doctora Mónica Coccoz. De ahí que no baste con levantarse de la silla. «No podemos pasar de una postura estática, estar sentado; a otra estática, estar de pie. Nuestro cuerpo necesita movimiento», advierten en la misma línea desde la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral (AEPSAL). «El tiempo de pie nunca debe ser estático, sino dinámico, realizando al menos pequeños desplazamientos. Hay que alternar el peso del cuerpo sobre un pie y sobre el otro. Usar la escalera, hablar por teléfono de pie, caminar por la oficina mientras se habla con un compañero, incluso hacer ejercicios de estiramiento». A esto le llama la experta 'pausas de movilidad', que «el empleado realiza sin interrumpir el trabajo» y en su libro recoge, a modo de buen ejemplo, las pautas del plan de vida activa en la jornada laboral creado por la Xunta de Galicia: «Elegir el camino más largo para ir a otra sala de la oficina o al baño, beber más agua y hacerlo siempre de pie, utilizar siempre las escaleras, ubicar la impresora y la papelera lejos de la mesa de trabajo, moverse mientras se espera a que salgan los papeles de la impresora». En esta línea Ismael Sánchez-Herrera, presidente de AEPSAL, da una idea, en realidad 'importada', y fácil de llevar a la práctica: «En Steelcase, compañía dedicada a la fabricación de muebles y especialistas en ergonomía, colocaron la impresora a cien metros de trabajador que estaba más cerca».
Desde la Asociación de Especialistas en Prevención y Salud Laboral (AEPSAL) valoran muy positivamente esa nueva tendencia en el trabajo: «Hay investigaciones que demuestran que moverse en el trabajo influye positivamente en el gasto energético, el porcentaje de grasa, el perímetro de cintura, y el colesterol bueno». Y que los beneficios redundan en los números de la empresa: «Hay estudios que están midiendo la productividad de trabajar andando y se ha comprobado que en aquellas empresas donde se han estandarizado las reuniones de pie la actividad es mayor y también la creatividad. De hecho, hoy en día las reuniones en las se requiere proactividad por parte de los asistentes se tienden a realizar de pie, sobre todo en las empresas del sector creativo o informático. Es una tendencia que se puede observar incluso en películas», explica Ismael Sánchez-Herrera, presidente AEPSAL.
«En empresas del entorno creativo o informáticas ya se celebran reuniones de pie y sería interesante aplicarlo en los 'call center', donde los empleados se pasan muchas horas sentados conversando sin necesidad de mantener un uso elevado de ordenador ni concentraciones para cálculos. Es el puesto ideal», valora el especialista en prevención de riesgos laborales.
La solución para que un oficinista trabaje de pie pasa por una mesa alta que quede a la altura de los codos, «que deben dibujar un ángulo recto de 90 grados, con los antebrazos apoyados en el escritorio», indica Mónica Coccoz. «La pantalla debe quedar al nivel de los ojos». Ya se fabrican mesas de este estilo y otras elevables que todavía tienen más salida, ya que permite trabajar sentado o de pie. «El artículo más demandado es la mesa elevable Multilevel, que permite trabajar sentado mientras realiza un tarea individual concentrado y elevarla para mantener un intercambio rápido de ideas con compañeros. La mesa se sube y se baja de forma rápida y silenciosa y se regula de forma independiente con mandos programables», explica Camilo Agromayor, director general de Ofita, firma de Vitoria dedicada a la fabricación de muebles. Las ventas de este tipo de mobiliario elevable confirman que «alternar el trabajar de pie y sentado» es tendencia, y han vendido el nuevo equipamento «a empresas dedicadas al sector de la banca, despachos de abogados, agencias de publicidad...».
«Vas a visitar a tu madre y te dice: 'Anda, siéntate, hijo'. Quedas con los amigos y alguien dices: '¿Nos sentamos?' Sentarse es una postura social», advierte Ismael Sánchez-Herrera (AEPSAL). «Estamos intentando romper una cultura. Y eso implica dejar de ver a alguien que se despereza en la oficina como un vago. Estirarse reactiva el cuerpo y hace que uno sea más productivo».
ESTIRAMIENTOS PARA HACER CADA HORA
Adiós a los despachos y... ¿hola bicicletas?
«Hoy podemos trabajar desde cualquier sitio, entonces, ¿para qué vamos a la oficina? A socializar, a colaborar con otros… por eso, estos espacios son cada día más colaborativos. Disminuyen e incluso desaparecen los despachos individuales y están en auge los espacios equipados con mesas altas, más informales y que favorecen el intercambio distendido de ideas», explica Camilo Agromayor, director general de Ofita. Esta forma de trabajar, de pie y en movimiento, no solo es más saludable sino que tiene una vertiente estética: «Los espacios informales humanizan». Desde la Asociación de Especialistas en Prevención de Salud Laboral dan una idea: ¿y si incorporamos bicicletas? «No sería una locura que, igual que en algunas casas hay bicis estáticas las haya en oficinas? No puedes trabajar con el ordenador sobre la bici pero podemos ejercitarnos suavemente mientras hablamos por teléfono».