Dentro de la farmacia comunitaria nos podemos encontrar con la situación de que nuestro paciente solicite un suplemento vitamínico, un tratamiento fitoterápico, que empiece un tratamiento nuevo o acuda por ciertas molestias que presente desde unos días atrás. Es por ello por lo que, como profesionales de la salud, debemos preguntar a nuestros pacientes el tratamiento farmacológico que tienen pautado en ese momento.
A través de esta simple pregunta se pretende mejorar la labor asistencial de los farmacéuticos y así poder identificar una reacción adversa del medicamento (RAM) o alergia a uno de los excipientes o principios activos, así como prevenir las posibles interacciones antes de la toma de otros medicamentos o tratamientos fitoterápicos.
Sin embargo, la respuesta que muchas veces se obtiene es “yo me tomo las pastillas redondas blancas de la tensión”. Si hiciéramos un recuento de todas las veces que un farmacéutico ha escuchado a algún paciente suyo decir eso, habríamos perdido la cuenta hace tiempo.
Los pacientes no identifican sus medicamentos
Podemos afirmar que algunos pacientes que acuden a nuestra farmacia no recuerdan el nombre de los medicamentos que actualmente tienen prescritos. Esta situación se debe principalmente a los cambios del diseño del embalaje exterior de algunos medicamentos y, aunque estas modificaciones se llevan a cabo con poca frecuencia, cuando lo hacen pueden confundir a los enfermos. Además, al dispensar los tratamientos pueden darse casos en los que no se ofrezca siempre el mismo genérico de un mismo fármaco por lo que puede incrementar también esta confusión.
Todo ello se suma a que, tras la implantación del SeVem, todos los fabricantes y titulares de autorización de comercialización (laboratorios genéricos, de innovación o importadores paralelos) han incorporado en los envases de medicamentos dos tipos de dispositivos de seguridad.
Uno de ellos es el Datamatrix, que identifica cada envase de forma única, así como el dispositivo antimanipulación del embalaje exterior, lo que influye en los pacientes a la hora de identificar el medicamento ya que el diseño de las cajas varía, aunque el medicamento en sí no lo haga. Al incorporar este eslabón más de seguridad, supone un impedimento para que los farmacéuticos vean el fármaco y lo identifiquen, por lo que debemos hacer una búsqueda y averiguarlo.
Herramienta imprescindible para el farmacéutico
Para conocer la medicación del paciente, lo primero que hay que hacer es solicitar la tarjeta SIP ya que ahí se reflejan los tratamientos que la persona tiene prescritos. Si la persona no lleva consigo la tarjeta sanitaria es necesaria una herramienta que se incluye dentro del programa Bot PLUS.
Esa herramienta es un buscador de fármacos que permite localizar presentaciones concretas de un medicamento basado en sus características físicas. Para empezar la búsqueda se comienza seleccionando la forma farmacéutica de la que se trata, ya que las características variarán en función de la forma farmacéutica seleccionada y eso permite acotar la búsqueda del medicamento. Tras la última actualización del sistema se permite, además, la distinción entre formas farmacéuticas tanto sólidas como líquidas entre las que se encuentran: las cápsulas, los comprimidos, los jarabes, las soluciones y las suspensiones orales.
Cuando se trata de identificar un comprimido, se selecciona esa pestaña. A continuación, se deben rellenar las siguientes características:
Por otro lado, cuando se trata de una cápsula, hay pequeñas distinciones respecto a los comprimidos, ya que solamente se tienen en cuenta los colores, la indicación, los principios activos, las inscripciones y la presencia de logo.
Mientras que los jarabes, soluciones y suspensiones orales, permiten identificar el color, el sabor, la indicación y los principios activos.
Con el fin de que los farmacéuticos puedan ayudar a sus pacientes a identificar su medicación, todas las modificaciones que se producen tanto en las fichas técnicas como en los prospectos (ej.: cambios en la apariencia) se introducen en el programa, de forma que este queda actualizado. Además, también se realiza una revisión diaria de la forma farmacéutica que se incluye en el Bot Plus.
En conclusión, los farmacéuticos pueden hacer uso de esta herramienta para mejorar su labor asistencial y evitar posibles interacciones antes de la toma de otros medicamentos.
FUENTES: