FUENTE: Diario Médico
El Grupo de Investigación de Biología del Cáncer de Mama, que dirigen los también investigadores del del Ciber de Cáncer (CiberONC), Juan Miguel Cejalvo y Pilar Eroles, del Instituto de Investigación Sanitaria Incliva, del Hospital Clínico de Valencia, ha demostrado que la eficacia del microRNA-30b circulante como marcador diagnóstico de cáncer de mama, así como su capacidad para detectar cualquiera de los tres subtipos de tumores mamarios incluso en su estadio más inicial, según los datos que publican en ESMO Open.
El Laboratorio del Incliva lleva tiempo estudiando el papel de los microRNA en el cáncer de mama, confirmando, entre otros, “como el miR-30b-5p se expresaba de forma diferencial entre el tejido tumoral y el tejido mamario sano. La expresión de este microRNA en plasma había sido investigando por más grupos en otros tipos de tumor sólido como cáncer de pulmón, colon o páncreas, observación que nos llevó a explorar en nuestras pacientes la expresión del micro30b a nivel plasmático. Una de las observaciones más importantes que encontramos es el potencial papel diagnóstico de este micro como marcador circulante no invasivo en cáncer de mama”, explica a DM Anna Adam-Artigues, investigadora del citado grupo y beneficiaria de una de las Ayudas predoctorales de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Valencia.
Medidas conjuntas para fase muy temprana
Para la investigadora, la detección precoz en el cáncer de mama es fundamental. “El programa de cribado que disponemos mediante mamografías bianuales ha demostrado un importante beneficio en el diagnóstico en estadios tempranos y, por tanto, con un impacto en la supervivencia de las pacientes”. Si a ello se suma la ayuda del desarrollo de pruebas diagnósticas no invasivas, como en este caso mediante una analítica de sangre, “aumentaría el diagnóstico en fases muy tempranas en las que la paciente se encuentra asintomática. Esto nos permitirá ser más eficaces y elevar las tasas de curación”.
Los microRNA son secuencias cortas de ARN que pueden ser expulsados por las células al torrente sanguíneo y ser detectados mediante PCR. En más de un centenar de muestras de tumores de mama de pacientes del Hospital Clínico de Valencia, se observó, en primer lugar, que este microRNA se encontraba diferencialmente expresado en tejido tumoral comparado con tejido mamario sano.
A continuación, se evaluó si esta diferencia se mantenía en el nivel de microRNA circulante en sangre sobre 100 muestras de plasma sanguíneo de mujeres con cáncer de mama del citado hospital y sobre otras 100 donantes sanas disponibles en el Biobanco de Incliva. En las 200 muestras se confirmó que el nivel de microRNA-30b es un potencial marcador diagnóstico de cáncer de mama.
Para validar este hallazgo, se estableció una colaboración con el Instituto Portugués de Oncología (IPO) de Porto, donde se recolectaron alrededor de 50 muestras de plasma de pacientes de cáncer de mama y otras 50 de donantes sanas. Esta segunda evaluación de muestras no sólo confirmó la eficacia del microRNA-30b circulante como marcador diagnóstico de cáncer de mama sino que demostró que el microRNA-30b circulante es capaz de detectar cualquiera de los tres subtipos de cáncer de mama, incluso en su estadio más inicial.
“Los elevados niveles de miR-30b-5p circulante en plasma se detectaron y validaron en los tres subtipos de cáncer de mama (HER-2, receptores de estrógenos y triple negativo), de modo que se confirma su utilidad diagnóstica para cualquier subtipo. Esto pone de relieve que este microRNA podría tener un papel relevante y transversal en el desarrollo del cáncer de mama”, advierte Adam-Artigues.
El estudio también ha puesto de manifiesto que las pacientes metastásicas presentan mayores niveles de microRNA-30b en sangre que las no metastásicas. Además, y según adelanta la investigadora, se sospecha que esta secuencia pudiera tener utilidad también como marcador de pronóstico.
“Actualmente, llevamos a cabo otros estudios con más microRNA. El objetivo es desarrollar firmas génicas que combinen la expresión de diferentes microRNA con variables clínicas que ayuden a predecir el beneficio a diferentes tratamientos y evalúen el riesgo de recaídas. Esto nos ayudará a definir mejor las estrategias terapéuticas de las pacientes”.
Con respecto a cuándo podrán disponer las afectadas de esta innovadora herramienta, los investigadores consideran que la inclusión de nuevos marcadores diagnósticos en el cribado y en la asistencia clínica requiere de una validación muy amplia, ya que deben garantizar una elevada tasa de eficiencia.
“Tras los estudios iniciales, como es el caso de nuestra investigación, se deben llevar a cabo futuras investigaciones con un mayor número de muestras, además de validación en varios centros independientes para contar con marcadores que, además de presentar ventajas como el hecho de ser no invasivos, ofrezcan unos resultados con una elevada eficiencia”.