FUENTE: Valencia Plaza
Una investigación de la Universidad de Oviedo y la Universidad de California San Diego ha arrojado luz sobre el desarrollo de la artritis reumatoide, identificando alteraciones del metabolismo de ácidos grasos implicadas en las fases más tempranas de esta enfermedad.
El estudio, publicado en la revista 'Arthritis and Rheumatology', describe el papel de las oxilipinas, unos compuestos derivados de los ácidos grasos, y su papel como predictores de la evolución clínica de esta patología inflamatoria, según ha explicado la institución académica asturiana.
Dichos ácidos y sus compuestos derivados aparecen alterados al momento del diagnóstico, lo que permite conocer mejor los mecanismos del desarrollo de la enfermedad y "abre la puerta al diseño de potenciales estrategias terapéuticas". Asimismo, el estudio concluye que las mencionadas oxilipinas pueden actuar como predictores en el ámbito clínico, ya que muestran cuál puede ser la evolución de la enfermedad en cada paciente.
El trabajo ha sido desarrollado de forma conjunta por personal investigador del Área de Inmunología la Universidad de Oviedo -Javier Rodríguez Carrio, Patricia López y Ana Suárez- y de la Universidad de California San Diego -Roxana Coras y Mónica Guma-, con participación del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA). La investigación se ha llevado a cabo con financiación del Instituto de Salud Carlos III y de los National Institutes of Health (NIH).
Un estudio previo de la Universidad de Oviedo había hallado alteraciones en algunos ácidos grasos clave para la respuesta inflamatoria -como el ácido araquidónico o el ácido eicosapentaenoico- en pacientes con artritis reumatoide. Para esta nueva investigación, el equipo ha empleado una tecnología más avanzada mediante cromatografía líquida acoplada a espectrometría de masas en tándem, que permite la identificación de un número muy elevado tanto de ácidos grasos como de sus compuestos derivados.
De esta manera, el personal investigador fue capaz no solo de caracterizar los niveles de ácidos grasos (precursores), sino su amplio espectro de derivados, mapeando así las redes metabólicas de manera global. Por un lado, los autores comprobaron que había varias oxilipinas alteradas en los pacientes, siguiendo patrones muy diversos.
Por otro lado, mediante análisis de redes, se observó que las asociaciones entre oxilipinas eran muy diferentes entre pacientes e individuos sanos, formando grupos muy dispares. Esto permitió la agrupación de pacientes en subgrupos con perfiles de oxilipinas similares. Estos subgrupos se asociaron con marcadores de severidad, así como de respuesta al tratamiento a lo largo de un año, de ahí que estos resultados puedan ser relevantes como predictores.
Durante el estudio se descubrió que varias de estas alteraciones se observaron no solo al inicio de la enfermedad, sino en una fase previa al diagnóstico.